 | viernes, 18 de marzo de 2005 | Un masivo acto repudió la medida del gobierno Bronca y rechazo generalizado. Eso es lo que generó ayer la conciliación obligatoria en las más de 500 personas que se reunieron en la plaza San Martín, en el centro de la ciudad, para debatir sobre el conflicto docente. Maestros, padres, asociaciones estudiantiles y referentes gremiales se congregaron a metros de la sede local de la Gobernación y atestaron los altavoces con todo tipo de críticas al gobernador Jorge Obeid y la ministra Carola Nin.
"Esta es una nueva maniobra para que aceptemos la tregua que viene pidiendo el Gobierno", señaló el secretario de prensa de Amsafé, Diego Mattos, al tiempo que calificó a la medida como "ilegal. El Estado es juez y parte, ya que quien está dictando la convocatoria es el compañero de gabinete de la ministra de Educación", dijo de frente a una plaza colmada de carteles y que en más de una oportunidad lo interrumpió con aplausos.
Al grito de "no dejamos de enseñar, enseñamos a luchar", los docentes rosarinos dejaron en claro su repudio a la conciliación dictada por el gobierno.
El abogado laboralista Horacio Zamboni fue uno de los tantos oradores que tuvo la tarde. Botella de agua mineral en mano y visiblemente acalorado, el letrado aseguró que "el Estado utiliza la conciliación para doblegar a los trabajadores".
Los docentes también se acordaron ayer de Marisa Malvestitti, la abogada y madre de tres niños que presentó un recurso de amparo para que la Justicia hiciera valer el "derecho a la educación" de sus hijos. "Doctora, venga, póngase con nosotros de este lado de la lucha", bramó un orador y estallaron los aplausos.
En la plaza sobresalieron los carteles de agrupaciones estudiantiles, de la Corriente Clasista y Combativa, de los trabajadores de la salud y de innumerables escuelas que dijeron "presente" en el acto.
Hasta una nena de impecable guardapolvo se adueñó del micrófono para leer una carta en la que señaló: "Mi corazón está con la lucha de los docentes".
En el improvisado palco, que estuvo coronado por una gran bandera de Amsafé, se sucedieron los discursos de apoyo a la huelga docente. Por allí pasaron trabajadores aceiteros, telefónicos, bancarios, representantes de la Asociación Empleados de Comercio y de asociaciones de jubilados.
Algo es seguro, en medio de encendidas palabras y ánimos muy caldeados, los maestros rosarinos ratificaron ayer su voluntad de seguir adelante con la medida de fuerza y dejaron ver su bronca ante la conciliación dictada por el gobierno.
Ahora deberán votar en las escuelas y luego en las asambleas departamentales para conocer la moción que llevará Rosario el martes a la asamblea provincial, cónclave que definirá si se acata o no la conciliación obligatoria. enviar nota por e-mail | | |