Roban y balean a un repartidor en su vivienda

Un repartidor de productos lácteos de barrio Ludueña fue asaltado y baleado ayer a la madrugada por cuatro hombres que lo sorprendieron mientras le abría la puerta a un empleado. "Esto es una entrega, queremos la guita y las joyas que están detrás del cuadro", le dijo uno de ellos para que quedara claro que sabían lo que buscaban. Sin embargo el dato resultó real a medias y los cacos se tuvieron que conformar con llevarse sólo el oro. Pero antes de huir uno le disparó en una pierna.

Fuentes de la comisaría 12ª indicaron que Hugo Miranda se recuperaba ayer del balazo en el Sanatorio Laprida. El vocero comentó que el repartidor, de 49 años, fue sorprendido alrededor de las 4.20 de ayer cuando le fue a abrir a un empleado la puerta del galpón donde guarda dos camiones, en su mismo domicilio de De la Salle al 6100. "Pero con el empleado -agregó el vocero- aparecieron cuatro tipos, algunos armados. Lo primero que le dijeron es que se trataba de una entrega, lo amenazaron y lo obligaron a entrar en la casa".

La fuente indicó que los delincuentes le hicieron saber a Miranda que sabían adónde guardaba sus objetos de valor. "Atrás del cuadro -indicó el portavoz- efectivamente había una caja fuerte, pero sólo encontraron las joyas, que eran pulseras y anillos con un valor más sentimental que monetario. Entonces le pidieron que les dijera dónde guardaba «la plata», pero el hombre le dijo que no tenía nada".

Según la versión policial, los delincuentes le pegaron "un par de culatazos" para obligarlo a darles una pista sobre el dinero. Pero al no encontrarlo, optaron por retirarse. Justo cuando abandonaban la vivienda, Miranda atinó a cerrar la puerta. Y fue entonces cuando uno de los maleantes, mientras todavía estaba en el jardín del frente, se dio vuelta y le disparó. La bala, que no quedó alojada en la pierna, resultó ser calibre 22. Al cierre de esta edición el repartidor seguía internado en observación en el Sanatorio Laprida, mientras que la policía intentaba desentrañar la entrega a la que se habían referido los delincuentes.