Acusan a un cura italiano de secuestrar a prostitutas

Sus defensores en la Iglesia Católica lo llaman amor. Sus críticos, secuestro. El sacerdote Cesare Lodeserto, ex jefe de una fundación italiana que se ocupa de inmigrantes ilegales, ha estado en las primeras planas de las noticias en Italia desde que lo arrestaron el fin de semana pasado por acusaciones de maltrato a prostitutas rumanas.

Las mujeres alegan que el reconocido cruzado contra la esclavitud sexual las secuestró al quitarles sus documentos de identidad y prohibirles dejar el centro de inmigración en Lecce, provincia del sudeste italiano. El abogado de Lodeserto dijo que el sacerdote las abrigaba para su propio bien después de encontrarlas borrachas en la ciudad.

"Algunas veces me comporté como un padre estricto, pero, ¿qué podía hacer? Son muchachas jóvenes, presa fácil para que los hombres las engañen", dijo Lodeserto al magistrado que sigue su caso, según el periódico Il Messagero. El escándalo tocó un nervio en la Iglesia Católica de Italia, donde en el pasado los líderes de la comunidad fueron acusados de usar métodos muy duros o brutales para supuestamente ayudar a los menos afortunados. Uno de los más famosos fue Vincenzo Muccioli, quien encadenó a drogadictos y los golpeó para hacer que abandonen su vicio. Las acusaciones contra Lodeserto son menos severas.

Lodeserto "nunca se frenó de usar frases y expresiones ofensivas", dijo una de sus acusadoras, según las transcripciones publicadas por el diario Gazzetta del Mezzogiorno. "En algunos casos, incluso les dio una palmada, rompió sus documentos y las amenazó con repatriarlas". La fundación de Lodeserto en la costa adriática fue creada en 1997, después de que una onda de inmigrantes albaneses llegara al este de Italia, y tiene una delegación en Moldova. Se enfoca en las víctimas de comercio sexual.En Italia, miles de mujeres son forzadas a trabajar como prostitutas, pero las víctimas de la esclavitud sexual pueden obtener documentos temporales de trabajo que las ayuda a comenzar una nueva vida. (Reuters)