 | jueves, 17 de marzo de 2005 | TV / Crítica "Floricienta", una comedia infantil que volvió con nuevos enredos y atractivos Pedro Squillaci / La Capital "Floricienta" tiene todas las características de un fenómeno. Tuvo una primera temporada exitosa, extendió su popularidad a shows en estadios de fútbol de todo el país, y ahora regresó por la pantalla de Canal 13 con el mismo envión. Este segundo ciclo, ya sin el galán Juan Gil Navarro, renovó su eficiente receta de comedia blanca con enredos, típica de la factoría Cris Morena. Desde el lunes próximo, el enredo pasará a la vida real, ya que "Paraíso rock" debuta por Canal 9 y será competencia directa en la franja horaria de las 19.
Si algo tuvo de positivo el lanzamiento de "Floricienta" fue su dinámica. El envío no tuvo cortes publicitarios y casi ni se notó. Es que los televidentes, preferentemente niños de hasta 12 años, quedaron pegados con la historia del comienzo al fin. Y aquí, hay que decirlo, tuvo que ver también un cuidado trabajo de edición que permitió reseñar la trama -con nueva presentación incluida- y actualizar los vaivenes de la familia Fritzenwalden.
Todo comenzó con la voz de Federico flotando en el aire cual mandato divino. Fue un guiño al galán que se iba y otro para el que arranca: Máximo Augusto Calderón de la Hoya, conde de Cricoragán, interpretado por Fabio di Tomaso. Ese hombre será el que chocará con Flor en una suerte de amor/odio, que llevará los hilos románticos del ciclo.
En este debut, la maldad parece apoderarse de todo. La casa de los Fritzenwalden es el palacio que siempre quiso poseer Delfina, con sirvientes que le masajean la espalda mientras Flor tiene que limpiar el piso. Pronto, la Cenicienta moderna se las ingeniará para sacar a Tommy y Martin del Instituto Dolorosas Adoratrices, disfrazada de monja.
Lo interesante de "Floricienta" es que, sin escapar de los personajes estereotipados, los roles están satirizados con condimentos humorísticos y con un color que los torna atractivos. Es decir, las villanas Malala y Delfina (Graciela Stefani e Isabel Macedo) componen a una madre e hija que viven haciendo el mal pero también compiten entre sí, se ríen exageradamente como unas brujas e interactuan aceitadamente. Sus composiciones son uno de los puntos más altos de la tira.
Claro que Florencia Bertotti tiene todo para lucirse. Es fresca, espontánea, graciosa, suelta y contagia verosimilitud. Los chicos que la ven le creen cuando llora, cuando ríe, cuando está preocupada porque sus "chiquis" (así les llama a los hermanitos a su cargo) quedaron pupilos, cuando se le quiere escapar con un gesto de chica teen a un conde mujeriego. Eso hace que "Floricienta" tenga alto encendido, o al menos mucho tiene que ver en este éxito. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Florencia Bertotti es una Cenicienta que encuentra en un conde a su galán. | | |