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 jueves, 17 de marzo de 2005  
Uno de los niños aplastados salió del hospital y desmiente la versión oficial
"El poste se cayó solo, quisimos salir corriendo pero se nos vino encima"
El chico fue dado de alta y su amigo sigue internado

"El poste se cayó solo, quisimos salir corriendo, pero igual se nos vino encima". El relato pertenece a Gabriel Jaime, uno de los chicos que hace 16 días resultó con politraumatismos y hundimiento de cráneo cuando una vieja torre de telégrafos del ex Ferrocarril Belgrano cayó sobre él y un amigo. Luego de pasar más de dos semanas en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela, Gabriel volvió ayer a su casa del pasaje San Jerónimo al 400, en la zona oeste de la ciudad, y contó lo que sucedió esa tarde. No sólo negó que él y su amigo Víctor Valdez -quien continúa internado en terapia intensiva- se hayan colgado de la estructura, sino que además aseguró que el poste de hierro "ya se estaba por caer" hacía tiempo.

El accidente se produjo el pasado martes 8 de marzo. Ese día, Gabriel y Víctor jugaban en los terrenos del ferrocarril de la zona de Urquiza y Felipe Moré, donde se encuentran estos viejos postes de telégrafo que están en desuso y vencidos.

Mientras los chicos juntaban saltamontes, la columna cayó sobre ellos provocando una explosión que se escuchó a varias cuadras de distancia. Tras llamar a una ambulancia que nunca llegó, los chicos fueron trasladados por un vecino al Hospital Vilela, donde llegaron con politraumatismos.

"Estábamos por ir a jugar a la pelota con unos pibes del barrio", contó Gabriel a La Capital. Pero antes de ir a buscar a sus compañeros de equipo, los chicos se quedaron juntando insectos cerca de las vías del ferrocarril.

"Nos quedamos juntando saltamontes, de los más grandotes. Y la columna se cayó arriba de nosotros, pero nunca nos colgamos", dijo Gabriel, quien todavía deberá continuar bajo tratamiento médico ambulatorio.

Es que una de las primeras versiones del accidente indicaba que uno de los chicos se había colgado de uno de los cables que sostenían la columna. Sin embargo, Gabriel insistió con que el poste "se cayó solo" e incluso señaló que intentaron "salir corriendo", pero no hicieron a tiempo y la torre se les cayó encima.

El nene de 9 años recordó además que un amigo de la familia estaba cerca del lugar cuando ocurrió el hecho y que fue quien buscó a sus padres. "Me acuerdo que hizo mucho ruido cuando cayó y que después estaban mi mamá y mi papá conmigo porque los escuchaba hablar", dijo.


"Los chicos no se colgaron"
Tanto los vecinos del barrio como el papá del nene, Héctor Jaime, aseguraron a La Capital que "los chicos no se colgaron de la columna". Lo mismo señaló una tía de Víctor, el otro chiquito accidentado, quien insistió: "La torre se cayó sola porque ya estaba vencida desde hacía mucho tiempo".

Los familiares de los chicos y los vecinos del lugar reclamaron una vez más por los postes que están en las mismas condiciones y que aún no fueron removidos.

"A lo largo de las vías del tren está lleno de postes que son igual de pesados y que están en el mismo estado que el que se cayó. ¿Están esperando que suceda otro accidente como este y muera alguien?", se preguntó una mujer.

El papá de Gabriel contó que "los chicos estaban jugando, pero en el suelo" y no montados sobre la columna. El hombre, que trabaja de albañil y tiene otros ocho hijos, hace 25 años que vive en la zona y aseguró que "hace tiempo que esos postes están así y nadie hace nada".

En el lugar del accidente quedó tirada la torre que hirió a Gabriel y a Víctor, pero los vecinos mostraron otras más. "Esa está a punto de caerse porque sólo está sostenida por un árbol. Y allá hay otras que están todas torcidas", se quejó una vecina mientras señalaba todas las columnas desestabilizadas que aún quedan en la zona.

"Esto es un desastre. Vino Defensa Civil, pero dicen que no pueden hacer nada porque son terrenos ferroviarios y los del ferrocarril no hacen nada porque no les importa", se quejaron.

Pero a los viejos postes de telégrafo se suman, según mostraron, columnas de teléfono, de la Dirección de Alumbrado Público y de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) que también estarían desestabilizadas.

Lo cierto es que ayer el barrio recibió a Gabriel, quien estuvo rodeado de amiguitos y vecinos que se acercaron a saludarlo. Mientras tanto, su amigo Víctor continúa internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital de Niños Vilela.

Es que el nene de 10 años llegó con politraumatismos de tórax y de pelvis, además de una fractura expuesta en su pierna izquierda por la que debió ser intervenido quirúrgicamente.

"El estado del chiquito todavía es muy crítico, aunque ya salió del respirador artificial", indicó ayer la encargada de Terapia Intensiva, Liliana Barragán, quien detalló que "el pronóstico continúa siendo reservado".
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El día del accidente, Gabriel estaba juntando saltamontes.

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