| domingo, 13 de marzo de 2005 | Muestras. Buena memoria El legado de una experiencia El Museo de la Memoria expondra fotografías del artista plastico Marcelo Brodsky. Un capítulo de la represión durante la dictadura Marcelo Brodsky Cuando regresé a la Argentina después de muchos años de vivir en España, acababa de cumplir cuarenta años y quería trabajar sobre mi identidad. La fotografía, con su capacidad exacta de congelar un punto en el tiempo, fue mi herramienta para hacerlo.
Empecé a revisar mis fotos familiares, las de la juventud, las del Colegio. Encontré el retrato grupal de nuestra división en primer año, tomado en 1967, y sentí necesidad de saber qué había sido de la vida de cada uno de ellos.
Decidí convocar a una reunión de mis compañeros de división para reencontrarnos después de veinticinco años. Los invité a mi casa y les propuse hacer un retrato de cada uno. Amplié a un gran formato la foto del 67, la primera en la que estábamos todos juntos, para que sirviera de fondo a los retratos y pedí a cada uno que llevara consigo un elemento de su vida actual.
Más tarde se organizó un acto para recordar a los compañeros del Colegio que desaparecieron o fueron asesinados por el Terrorismo de Estado. Las autoridades del Colegio aceptaron, por primera vez después de veinte años, que recordáramos oficialmente en el Aula Magna a los que faltaban. Fue un hecho histórico.
Sobre la foto grande que me había servido de fondo para fotografiar a mis compañeros escribí una reflexión acerca de la vida de cada uno de ellos. La misma se completó posteriormente con un texto más extenso que acompaña los retratos.
Como parte del acto, se armó una exposición de fotos de la época, para transmitir con imágenes a los actuales alumnos del Colegio lo que había sucedido. Las fotos eran algo que quedaba de los 98 compañeros, una herramienta para convertirlos en personas concretas, próximas.
Debíamos saber de qué y de quién estábamos hablando.
Decidí incluir la foto grupal de primer Año, modificada con mis textos y los retratos actuales de mis compañeros.
La luz cenital del sol que atravesaba los enormes ventanales del claustro daba en la cara de los estudiantes que se detenían a observar, produciendo un reflejo sobre el vidrio que protegía la foto intervenida.
Esos reflejos constituyen una parte fundamental de este trabajo: representa el momento de la transmisión de la experiencia entre generaciones. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Primer año del Colegio Nacional Buenos Aires en 1967, antes de la pesadilla. | | |