| domingo, 13 de marzo de 2005 | Para la defensa, el asesino "fue un profesional" El abogado del acusado brindó su versión y sugirió que el autor del homicidio podría haber sido una mujer Eduardo Caniglia / La Capital El abogado Luis Tomasevich, que ejerce la defensa de Diego Fioretti, imputado del crimen de Ana Rótolo, planteó la inocencia de su cliente. Sostuvo que el asesinato fue premeditado y negó que el suceso haya tenido un trasfondo pasional. "Fue un homicidio preparado", dijo. Y para fundamentar esta hipótesis señaló que "una semana antes del crimen la víctima había recibido amenazas de muerte". Según el letrado, esa aseveración la hizo en Tribunales una amiga de Rótolo que la noche del crimen la esperó en un bar de Alcorta. Pero la docente nunca llegó.
Tomasevich también brindó un dato inquietante, hasta ahora nunca escuchado: "No se descarta una participación femenina en el hecho porque al lado del cuerpo de la víctima apareció una campera de hilo de color mostaza y talle 3, que no pertenecía a la mujer asesinada, pero sí tal vez a la homicida", aseguró el abogado.
En un intento por desvincular a su cliente del homicidio, el abogado afirmó que el auto que los testigos dijeron ver en la escena del crimen no coincide con el Fiat 128 de Fioretti. "El que vieron los testigos tenía los vidrios polarizados oscuros y tasas grises, pero el coche de Fioretti nunca tuvo esas características", sostuvo Tomasevich.
El defensor admitió que Fioretti fue la última persona que estuvo con Rótolo antes de que apareciera asesinada con tres balazos sobre la banquina de la ruta 90 entre Santa Teresa y Cañada Rica. "Diego y Ana -dio su versión el abogado- salieron a las 23 de la casa de ella y él la dejó a una cuadra del bar Amelia, donde quedaron en encontrarse más tarde porque había una peña. Ella se bajó frente a una vieja casa de venta de artículos del hogar y caminó hacia un quiosco para comprar chicles. En esa calle oscura, cerca de una estación de servicios, le perdieron el rastro".
Una hora y media más tarde, el cuerpo sin vida de Rótolo yacía en la ruta 90. Mientras tanto, Fioretti había regresado en el Fiat 128 a su casa, se había bañado y a la 1.05, según Tomasevich, ya estaba en el bar Valentino. "Allí lo vieron tres personas incluida la hija de la víctima", señaló el defensor.
Precisamente, el abogado solicitó en el juzgado de Sentencia Nº4 una pericia mecánica para determinar la velocidad máxima y el estado del auto. "El Fiat 128 destartalado de Diego modelo 73 no pudo haber recorrido en media hora el trayecto entre Santa Teresa y Cañada Rica, en una ruta en tan mal estado", aseguró. Y también sostuvo que las supuestas manchas de sangre que aparecieron en la ropa de Fioretti no eran tales sino "restos de pintura" ya que el imputado del crimen es "decorador".
Otra de las pericias que solicitó el abogado es el examen de la muestra de tierra que se encontró en la banquina. El examen lo realizará la policía científica de Gendarmería y servirá para determinar si el coche estuvo en la escena del crimen. "Si la tierra recogida en el auto no coincide con la hallada en la banquina quiere decir que nunca salió de Alcorta", señaló.
Para Tomasevich, existen otros dos elementos que podrían favorecer la situación procesal de su cliente. Uno es un informe -todavía no llegó al juzgado- de la sección Criminalística de la Unidad Regional II sobre "el perfil del homicida". Y el otro aspecto es la pericia del modo de ejecución de Rótolo. "La persona que la mató -dijo Tomasevich- actuó como un verdadero profesional. El primer balazo impactó en la sien y cuando la mujer ya estaba en el suelo, el homicida le dio dos tiros de gracia desde unos 10 centímetros. Uno atravesó la nuca y otro ingresó al pulmón izquierdo y llegó al corazón. Rótolo estaba parada cuando fue alcanzada por el primer disparo y la bala fue disparada de arriba hacia abajo por que la persona que tiró es de una mayor altura que la víctima". enviar nota por e-mail | | |