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De 1974: El último guerrero del Ejército Imperial Japonés
En la isla de Lubang, en Filipinas, es hallado el teniente Hiroo Onoda, miembro del desaparecido Ejército Imperial Japonés. Vestido con su viejo uniforme, un rifle y un sable samurai, Onoda, de 55 años de edad, seguía atrincherado y en estado de alerta contra ataques enemigos porque aún no sabía que 29 años atrás había finalizado la Segunda Guerra Mundial. Una comisión filipino-japonesa enviada especialmente no pudo hacer que el viejo guerrero se entregara. Sólo se rindió ante su ex comandante, el mayor Yoshimi Taniguchi, de 63 años, quien por entonces regenteaba una librería. Luego de examinarlo, los médicos dijeron que Onoda se hallaba sano tanto física como mentalmente, a pesar de los años que permaneció en la selva. Al regresar a su hogar, sus padres, de 86 y 88 años, lo recibieron con lágrimas en los ojos.