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 domingo, 06 de marzo de 2005  
Colombia: Ritmo de tango
Medellín rinde tributo a la música argentina. Clima privilegiado y la amabilidad de su gente invitan a descubrirla

Pablo Amadei

Si no fuera porque Buenos Aires y Medellín no se parecen en casi nada, cualquiera estaría tentado de decir que "las callecitas de Medellín tienen ese no sé qué". Porque si bien geográficamente la segunda ciudad colombiana en importancia está bastante lejos de la capital argentina, es en el amor por el tango donde ambas se unen. Y es que los "paisas", como se conoce popularmente a los habitantes de la región, tienen una especial fascinación por esta música. Por eso, en esta ciudad de casi tres millones de habitantes se respira, como en pocos lugares del mundo, aire de tango.

Medellín tiene su plazoleta Carlos Gardel. Fue inaugurada hace poco tiempo frente al aeropuerto donde muriera trágicamente el cantante en 1935. Además, en la ciudad se pueden encontrar decenas de academias que enseñan a bailar tango. En las radios la música argentina compite mano a mano en las preferencias con las rancheras, la otra pasión de los habitantes de la región.

Un auténtico museo del tango, la Casa Gardeliana, se encuentra emplazado en el tradicional barrio Manrique. Dedicado al Morocho del Abasto es visitado por locales y turistas. Es aquí, en este populoso sector tan arrabalero como cualquier rincón de Buenos Aires, donde todos los años se realiza Tangovía. En los meses de febrero, mayo y noviembre se cierran las calles del barrio y las milongas, los bandoneones y los bailarines se transforman en sus dueños.

Medellín es digna de visitarse. Es una ciudad próspera y amigable. Los "paisas", seres de espíritu emprendedor, están muy bien dispuestos para recibir a los visitantes.

Con un profundo fervor religioso, todos ellos conservan un especial orgullo y sentido de pertenencia por la tierra en la que viven. No es casualidad, entonces, que le den prioridad a todo aquello que viene de su tierra, ni es casual tampoco, que la ciudad sea hoy una capital comercial y de negocios donde todos quieren invertir.

Conocida también como "la capital de la moda", Medellín recibe anualmente a los mejores diseñadores sudamericanos. Las más grandes ferias y exposiciones presentan sus productos en esta importante ciudad colombiana. En sus calles se pueden encontrar no menos de 30 centros comerciales y puntos de ventas de las empresas textiles más reconocidas del país, lo que la transforma en una gran pasarela urbana.


Presente luminoso
De aquella urbe de pasado violento que tan bien retratara Fernando Vallejos en "La Virgen de los Sicarios" sólo queda el recuerdo de sus habitantes y la identificación de algunas calles y esquinas como los lugares donde el extinto narcotraficante Pablo Escobar sembró el terror a fuerza de sangre y balas. Hoy la ciudad goza de altos niveles de seguridad, lo que permite que prácticamente pueda transitarse a cualquier hora del día.

Sin embargo, se iguala con las grandes capitales por tener un centro rico y una periferia pobre. Enclavada en el corazón del Valle de Aburrá, a poco más de 1.500 metros de altura, está rodeada de montañas donde se encuentran las comunas: barrios enteros de casas de cartón y madera que desafían las leyes de gravedad en las empinadas laderas. De todos modos no deja de ser un espectáculo esperar que caiga la noche y ver las luces vigilantes de la "otra ciudad" desde el centro de la capital.


Recorriendo la ciudad
Favorecida por un clima privilegiado la ciudad es también conocida por "la eterna primavera" porque su temperatura media es de 24º. Entre sus máximos orgullos se encuentran el Metro, el único sistema de transporte público elevado que existe en Latinoamérica y que se transforma en un paseo obligado para cualquier turista.

Subirse al Metro permite explorar cada rincón de Medellín desde las alturas. Resulta imperdonable no dejarse fascinar por estos trenes que sobrevuelan la ciudad de un extremo a otro. Y ni hablar del Metrocable, una nueva línea que funciona como teleférico para conectar el centro con las comunas. El sistema se transformó en una verdadera sensación para los turistas porque permite tener una visión integral de la ciudad desde lo alto de las montañas. Incluso, ya hay empresas de turismo que lo ofrecen como excursión. Si lo quiere hacer por su cuenta sólo tiene que pagar 50 centavos de dólar, que es el precio del pasaje.

Para recorrer la ciudad, además, se puede tomar el Turibus, un circuito que recorre 23 lugares de interés a bordo de 5 tranvías que salen de distintos puntos. Si prefiere caminar nada mejor que empezar por el centro, un lugar al que bien vale dedicarle una tarde entera para disfrutarlo en toda su dimensión. En la lista de lugares no debe faltar la calle peatonal Junín, el parque Berrío, la iglesia de la Candelaria y los museos del sector. En la zona sobresale también el Parque de las Esculturas, una plazoleta donde se encuentran las mundialmente conocidas "gordas" del escultor Fernando Botero, obras que el artista donó a la ciudad.


Centro administrativo
Hacia el oeste se llega al centro administrativo de la ciudad conocido como La Alpujarra, una moderna ciudadela donde se encuentra la sede de gobierno. En el mismo sector se distingue el edificio inteligente de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), una futurista construcción totalmente automatizada.

Frente a la sede de EPM está el Parque de los Pies Descalzos, obra inspirada en la filosofía zen y pensada para que los ejecutivos de La Alpujarra tuvieran un espacio de relajación. Sin embargo, con el paso del tiempo se transformó en un emblema de la ciudad con gran afluencia de todo tipo de público que aprovecha para sacarse los zapatos y caminar sobre los distintos espacios que propone el parque. A pocos metros está la entrada del Museo Interactivo de EPM, un lugar para aprender jugando cómo funcionan los servicios públicos de la ciudad.


Pueblito Paisa
Bien vale una escapada al Pueblito Paisa. Ubicado en el cerro Nutibara, no muy lejos del centro, es un mirador natural que propone un viaje al pasado recreando la vida de los típicos municipios de la región. Tiene una iglesia, fonda, alcaldía y casas donde se venden artesanías o se pueden degustar las comidas más típicas. En algunas noches, incluso, se realizan festivales de música y exposiciones de distinto tipo.

Otra de las atracciones de la ciudad es el Jardín Botánico, famoso por su colección de orquídeas. La planta es típica de la región gracias al clima favorable.

Para finalizar la jornada se puede tomar la avenida El Poblado y llegar al sector del mismo nombre. Aquí nació la ciudad y hoy es el sector donde están los mejores restaurantes, hoteles y tiendas. El punto de encuentro es el Parque Lleras, donde se puede disfrutar de exposiciones a la sombra de los árboles o animarse con un trago en alguno de los bares.

Medellín es una ciudad que late día a día con el trabajo de su gente, una ciudad de encantos escondidos. Bellas mujeres, hombres amables y cientos de lugares que son un emblema de lo que sus habitantes supieron conseguir.
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Explorar Medellín es una experiencia fascinante.

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