123º período. El presidente dijo que ahora el desafío pasa por la renegociación con las privatizadas

Kirchner: "No se pagará la deuda sobre el hambre y la sed del pueblo"

El jefe del Estado abrió las sesiones ordinarias del Congreso con la salida del default como su principal estandarte

El presidente Néstor Kirchner afirmó ayer que desde la salida del default "podrá decirse que no se pagará una deuda sobre el hambre del pueblo" y admitió que "será dura" la renegociación de contratos con las empresas concesionarias de servicios públicos. El jefe del Estado virtió estos conceptos durante el discurso de inauguración del período de sesiones ordinarias del Congreso.

La salida del default, el crecimiento de la economía, la renegociación de los contratos de servicios públicos, la disminución del desempleo y el fortalecimiento del Estado fueron los ejes centrales del discurso pronunciado por Kirchner.

En 90 minutos de exposición ante un recinto colmado de legisladores, funcionarios, gobernadores y otras autoridades nacionales, el presidente hizo un balance de este año de gestión en el que se refirió al caso de tráfico de drogas desde el aeropuerto de Ezeiza hacia España y a la tragedia ocurrida en el boliche República Cromañón que provocó 193 muertos.

De todos modos, el pilar central de su discurso fue el anuncio de la salida del default -definida por el primer mandatario como la negociación a través de la cual "la Argentina concretó exitosamente el más gigantesco canje de deuda mundial"-, que había sido declarado hace 38 meses por el entonces presidente Adolfo Rodríguez Saá (quien como diputado estuvo ausente en la sesión) en el mismo ámbito en el que Kirchner comunicó que la Argentina superó la cesación de pagos.

"No se pagará deuda sobre el hambre y la sed del pueblo argentino", apuntó el jefe del Estado, quien recibió el primero aplauso -fue interrumpido en catorce oportunidades- cuando se refirió a la finalización exitos del canje de bonos que concluyó el viernes pasado.

De este modo, Kirchner pudo exhibir en su segundo año de mandato la salida del default, el crecimimiento de la economía, la baja del desempleo y el aumento de más 4.600 millones pesos para encarar un ambicioso plan de obras públicas.

Sin embargo, el presidente advirtió que la Argentina aún tendrá que afrontar otra "dura renegociación" de los contratos de servicios públicos, a la que definió como "la más importante discusión de intereses pendientes", y consideró que el modo en que se avance en ese proceso "resultará en buena medida condicionante del ritmo de nuestra recuperación". Kirchner no descartó, en ese sentido, que se apele "a la reestatización de algunas empresas".

Además, el presidente puso el acento en la necesidad de construir un "proyecto nacional" que asegure el "crecimiento sustentable, con producción y empleo" y criticó a los que ayer "desaguazaron el Estado en función de sus intereses y se favorecieron con la pérdida y el retroceso del poder público, se quejan hoy por la ausencia del Estado".

En este contexto, Kirchner afirmó que "tenemos que dar los pasos que nos permitan dejar atrás un país del que se adueñaron los intereses y donde proliferaron los genocidas, ladrones, y corruptos, para ser una Nación, que sobre la base de un proyecto nacional, reinstale la movilidad ascendente de modo que los hijos puedan aspirar a vivir mejor que sus padres".

El discurso del presidente fue escuchado por los diputados y senadores de todos los partidos, con excepción del ARI y los puntanos que conduce Adolfo Rodríguez Saá, quienes decidieron no asistir a la ceremonia.

También estuvieron en el recinto los miembros del gabinete nacional -a excepción del canciller Rafael Bielsa, quien ya se encontraba en Montevideo para asistir a la asunción del nuevo mandatario uruguayo Tabaré Vázquez- y cinco gobernadores, uno de ellos el radical Julio Cobos.

Kirchner saluda a la senadora Roxana Latorre.