| miércoles, 23 de febrero de 2005 | Ribeca partió raudamente y se negó a hablar de la polémica con el Burrito Arsenio Ribeca fue uno de los últimos en subirse a su auto particular para dejar el predio de Bella Vista. Con paso raudo y con un semblante de pocos amigos, el entrenador leproso se anticipó a todos y antes de poner el pie en el vehículo dijo: "Si es por lo que pasó con Ortega, está todo bien muchachos, no tengo nada más que hablar". Atrás había dejado el día más complicado que le tocó pasar desde que es el conductor del campeón del fútbol argentino. Fue el final de una práctica en la que primero tuvo que mirar frente a frente a Ortega luego de la munición pesada con la que se tiraron en las últimas horas y entonces sí poner mano a la obra para pensar en el equipo para visitar a Huracán de Tres Arroyos. enviar nota por e-mail | | |