La oferta tecnológica en los parques industriales

La creación de estos espacios debe contemplar la vinculación de empresas con el sistema científico

Isabel Mac Donald (*)

La creación y desarrollo de nuevos espacios que agrupan empresas, conocidos como "parques industriales" es una señal positiva e inequívoca de crecimiento de la actividad industrial e incide favorablemente en las condiciones económicas, urbanísticas, medioambientales y de empleo de las ciudades.

Para que estos espacios no se conviertan en meros emprendimientos inmobiliarios y sus beneficios consistan en crear redes de carácter asociativo, que a su vez les permitan a las empresas perdurar en el tiempo, es necesario también que incorporen la nueva cultura de la innovación tecnológica, la mejora continua y las nuevas tecnologías. De otra manera dejarán de ser competitivas y muchas terminarán cerrando sus puertas o, en el mejor de los casos, transfiriéndose a empresas de mayor envergadura.

Cuando nuestro país salga del default, comience a ingresar el crédito externo y se abran nuevos mercados pueden producirse efectos negativos sobre las pequeñas industrias, por no estar en condiciones de competir con mercados más exigentes.

Por ello resulta necesario generar herramientas que las vinculen con el sistema del conocimiento, en particular con el científico-tecnológico que tiene muy buen desarrollo en la provincia y fortalezas interesantes en algunas áreas. Nuestra oferta científica-tecnológica es más amplia de lo que suponemos y bastante más amplia de lo que conocen y utilizan nuestros empresarios.

Para empezar a trabajar en este sentido, proponemos localizar en los parques o áreas industriales de la provincia una oficina donde esté disponible una base de datos que detalle la oferta mencionada y los elementos que permitan contactarse con quienes la producen. Esto y un personal capacitado para orientar a los empresarios sobre esa oferta permitirá agilizar los contactos y detectar la demanda generando las condiciones para que el conocimiento sea transferido y utilizado por quienes lo necesitan y son una parte de sus naturales destinatarios.

Detectar la demanda en la situación actual es establecer una vinculación con un cierto grado de solidez, ya que será un factor de reconversión de las empresas y de la actividad científico-tecnológica hacia la resolución de las necesidades concretas del sector industrial, estableciendo una sinergia necesaria y renovadora.

Estos centros, una vez puestos en marcha, pueden generar múltiples actividades y convertirse en verdaderos ámbitos de calificación y promoción de la actividad industrial, además de núcleos de generación de oportunidades para los empresarios allí radicados. De ese modo se haría posible:

u Desarrollar cursos de capacitación específicos o acceder a la oferta de otras localidades.

u Ofrecer la posibilidad de participar de actividades de extensión de interés para el sector, que se organicen en ámbitos del Ministerio de la Producción o en otros.

* Acceder a la oferta nacional de créditos o subsidios (créditos Fontar, aportes no reintegrables y subsidios para patentes, programas de la Sepyme y CFI, entre otros) contando con la asistencia técnica necesaria.

* Recibir información actualizada sobre iniciativas referidas a comercio exterior. Esto abarca desde la posibilidad de contactarse con la organización dedicada a la temática más cercana territorialmente, si existe (como en el caso de Rafaela y Reconquista) o con la Subsecretaría de Comercio Exterior, hasta acceder a actividades de capacitación, asistencia técnica o promoción comercial.

* Estos centros deberán permitir además, mediante la utilización de un software adecuado, vinculación con sus similares de otros parques industriales como así también con los nodos de extensión y capacitación que se irán instalando en la provincia (están en trámite los convenios con Reconquista y Las Parejas). Todo esto significa la apertura a nuevas fronteras potenciando la capacidad creadora de quienes tienen el conocimiento. Recordemos que su valor esencial reside indudablemente en la posibilidad de transferirlo, para que resulte útil a los diversos actores que participan de una sociedad.

Estos centros pueden ser la oportunidad para salvar las distancias (en términos territoriales) que existen en la provincia entre los grupos generadores de conocimiento y los generadores de productos industrializados.

Algún empresario podría llegar a plantear que lo óptimo sería invertir en centros de investigación y desarrollo en el propio terreno de los parques, ya que así funcionan en muchos países desarrollados, en particular en los parques tecnológicos, pero lo cierto es que, en el territorio provincial hay laboratorios y centros óptimamente equipados y subutilizados en la mayoría de los casos y el avance de las comunicaciones no hace hoy imprescindible la cercanía espacial. Lo que sí resulta imprescindible es establecer la vinculación. De otro modo no lograremos avanzar cualitativamente hacia un desarrollo tecnológico que nos permita transformar el perfil productivo de la provincia.

(*) Subsecretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia de Santa Fe

En los parques industriales se encara el trabajo de vinculación.