| domingo, 16 de enero de 2005 | cartas Mejor prevenir antes que lamentarse Después de la masacre de Once, que le costara la vida a cientos de jóvenes, vienen las explicaciones, los porqués, las culpas. Todo llega tarde ya que nada calma el dolor de las pérdidas producto de la irresponsabilidad, el descontrol y la corrupción reinante. Tiene que suceder una desgracia para que nos acordemos que es mejor prevenir, hacer las cosas bien, sancionar cuando corresponde antes que suceda un hecho de tal magnitud. La tragedia de Once nos debe servir para reflexionar profundamente. Lo que debió ser una fiesta para la juventud se tornó en una trampa mortal para muchos. El incendio de Cromañón tiene responsables y es necesario que la justicia se imponga y todos, sin excepción, carguen con sus culpas. Como decía Leonardo Da Vinci: "El que no castiga el mal manda que se haga".
Roberto Torres
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