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Un archivo de puertas abiertas

Me produjo profundo dolor la nota publicada el día lunes 3 de enero pasado titulada "La UNR recupera un archivo con un siglo de historia de Rosario". En la misma, la directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Humanidades y Arte de la UNR destaca el valor del material recopilado en el archivo Torriglia. En la nota expresa que "este material fue tratado con desidia durante mucho tiempo" y "que el compromiso para ser inventariado se cumplió en parte, pero algunos trabajos se traspapelaron y recién tres décadas más tarde la facultad vuelve sobre el material para recuperarlo". Cuando estaba en poder de mi padre, el archivo era consultado por profesionales e investigadores, a los que daba acceso con absoluto desinterés. La donación se realizó con la condición de que se mantenga ampliamente abierto a la consulta de quienes desearan hacerlo. Así se comprometió el director del Instituto Nicolás Sánchez Albornoz, cuando mi padre comunicó su decisión de donarlo. "Deseo expresarle que el fondo documental quedará abierto a la consulta pública", decía y agregaba que "la documentación será de la mayor utilidad para la formación de los alumnos de la facultad y estoy seguro que permitirá la realización de investigaciones históricas de importancia para la ciudad de Rosario y la provincia de Santa Fe. El Instituto hará el inventario y la catalogación de los documentos recibidos". Han transcurrido 38 años desde su donación en mayo de 1966. Desde 1956, las universidades gozaban de un régimen democrático, habían progresado e investigaban. La noche de los bastones largos en julio del 66 produjo un punto de inflexión y no pudo recuperar más el alto nivel que había alcanzado. Deseo fervientemente que la señora directora pueda recuperar definitivamente ese archivo para que pueda cumplir con los fines propuestos.

César Torriglia