| miércoles, 12 de enero de 2005 | El segundo mandato de Bush y Latinoamérica Andrés Oppenheimer Considerando que el presidente Bush se olvidó casi por completo de América latina desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, algunos de sus nuevos nombramientos despiertan un mínimo de esperanza de que la región no sea totalmente ignorada en su segundo mandato.
Antes de analizar por qué los nombramientos de Carlos Gutiérrez como secretario de Comercio y el Representante Comercial de Estados Unidos Robert Zoellick como el número 2 del Departamento de Estado podrían ser buenas noticias para América latina, convengamos en que las aseveraciones del gobierno de Bush de que nunca dejó de prestarle atención a la región no merecen ser tomadas en serio.
Contrariamente al discurso de campaña de Bush en el 2000, en el sentido de que América latina sería "un compromiso fundamental de su presidencia", y de su proclamación junto con otros líderes hemisféricos en abril del 2001 de que éste era "el siglo de las Américas", el gobierno de Bush no ha hecho mucho más que reaccionar a las crisis del momento en la región, y muchas veces tarde y mal.
Para ser justos, Bush logró algunos éxitos en el terreno comercial, como el haber conseguido que el Congreso le diera luz verde para negociar acuerdos de libre comercio y el haber negociado tratados de este tipo con Chile y América Central. Pero en los frentes político y cultural, y en el caso de algunos países sudamericanos también en el comercial, la región está hoy más distanciada de Washington que hace cuatro años.
Sin embargo, por lo que me dicen fuentes bien informadas en Washington DC, el gobierno de Bush podría dedicarle más atención a América latina en su segundo mandato, aunque esto no sea más que porque habrá más funcionarios que conocen bien la región en puestos más encumbrados.
Gutiérrez, ex presidente de la multinacional Kellog's, nació en Cuba y estudió en México. A diferencia de otros hispanos en los máximos cargos del equipo de Bush, es un empresario que habla perfectamente español y que ha trabajado una buena parte de su vida en América latina.
Pero la mayoría de los conocedores del mundillo del poder en Washington me dicen que la designación de Zoellick como el número 2 del Departamento de Estado es tanto o más importante, porque estará en un cargo que -a diferencia del Departamento de Comercio- formula políticas hacia la región.
"Esto es una buenísima noticia para América latina", dice Arturo Valenzuela, ex jefe de asesores sobre América latina de la Casa Blanca durante el gobierno de Clinton, y severo crítico de la actuación del gobierno de Bush en la region.
"Cuando no hay interlocutores de la región en los cargos más altos del gobierno, es más difícil poner los problemas de América Latina en el radar de Estados Unidos. Ahora, con algunos interlocutores en altos cargos, hay una posibilidad de que haya una política más proactiva, y con una mirada a más largo plazo", dice Valenzuela.
Entre los motivos citados por los optimistas:
En primer lugar, Rice y Zoellick, dos funcionarios cercanos a Bush, van a recuperar la influencia del Departamento de Estado, que había caído durante el gobierno de Bush. El secretario de Estado saliente, Colin Powell, era visto por los conservadores de la Casa Blanca como un personaje demasiado protagónico y alejado del presidente. "Esto fortalecerá al Departamento de Estado", dice Manuel Rocha, ex diplomático de Estados Unidos en varios países latinoamericanos.
En segundo lugar, Zoellick, que fue subsecretario de asuntos económicos del Departamento de Estado antes de Representante Comercial de Estados Unidos, hará que el Departamento de Estado juegue un rol más importante en política económica internacional.
En tercer lugar, aunque Zoellick no habla español, es el miembro del gabinete de Bush que más ha viajado a América latina, y conoce a la mayoría de sus presidentes. Por primera vez en varios años, los funcionarios del Departamento de Asuntos Hemisféricos en el sexto piso del Departamento de Estado tendrán un superior en el séptimo piso -donde despacha el secretario de Estado- conocedor de la región.
¿Se quedará en su puesto Roger Noriega, el subsecretario de estado de Asuntos Hemisféricos? Los funcionarios de la Casa Blanca no dicen nada, pero otras fuentes dicen que se quedará alrededor de seis meses.
Entre sus posibles reemplazantes: el actual jefe de asesores de asuntos hemisféricos de la Casa Blanca, Tom Shannon; el jefe de asuntos internacionales del Departamento de Seguridad Nacional, Cresencio Arcos; el embajador en la República Dominicana, Hans Hertell; el embajador en Brasil, John Danilovich, y el ex asesor de la Casa Blanca sobre Cuba y Haití, Emilio González.
En suma, las nuevas designaciones prometen mayor atención para América Latina en puestos más altos del gobierno durante el segundo mandato de Bush. Aunque, considerando lo que vimos en el primero, eso no garantice demasiado. enviar nota por e-mail | | |