| miércoles, 12 de enero de 2005 | Consuelo espiritual frente al horror La tragedia del local bailable del barrio del Once -producto de la criminal manera de hacer negocios, bajo la negligencia, también criminal, de los funcionarios de turno y la irresponsable actuación de las personas mayores que no preven ni evalúan consecuencias posteriores-, nos dicen a las claras, cuán indefensa se encuentra hoy la sociedad en su cotidiano vivir. Independientemente de lo que la Justicia determine como castigo para los culpables directos e indirectos, no se podrá volver al estado anterior al 31 de diciembre. Por eso el único consuelo que queda es buscarlo en el ámbito espiritual. Y así lo entendieron los familiares y amigos de las víctimas, que para ello levantaron un santuario de oración y de celebración eucarística; allí concurren todo tipo gente, creyente y no creyente. Porque la oración los reconforta y le da fortaleza suficiente para seguir luchando. Yo me pregunto qué dirán aquellos que en esta columna descargaron todo su odio contra los católicos, contra Cristo y toda su Iglesia; cómo consolarían a los familiares de las víctimas, con blasfemias, con injurias o quizás mostrándole la obra de "arte" de un tal León Ferrari. Los que conocemos el dolor sabemos cómo se mitiga, se consuela y se reconforta, basta con leer el Sermón de la Montaña en los Evangelios.
Juan Bressan
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