Año CXXXVII Nº 48625
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 02/01
Mujer 02/01
Economía 02/01
Señales 02/01

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 09 de enero de 2005  
Rescates
La comunidad de Don Santiago
Llegó a la ciudad en 1938 y fundó un movimiento espiritual que hoy preservan sus discípulos en distintos países

Osvaldo Aguirre / La Capital

Santiago Bovisio es el protagonista de uno de los capítulos menos conocidos de la historia cultural de Rosario. Nacido en Bérgamo, Italia, en 1903, llegó a la Argentina en 1926 y se radicó en la ciudad en 1938, donde fundó una singular universidad y formó a numerosos discípulos que hoy difunden su pensamiento en diversos puntos del país y del extranjero. Su vida constituye el objeto de investigación de "Don Santiago", un libro de la historiadora mendocina Fabiana Mastrángelo.

Según afirma la historiadora, entre los 12 y 14 años Bovisio manifestó "facultades paranormales". En particular, "Don Santiago tenía el don de la videncia, de saber el tipo de dolencia que padecían los enfermos, de visualizar el pasado de las personas".

El 30 de enero de 1926 llegó a Buenos Aires y poco después comenzó a trabajar como docente. "Formaba parte de la nobleza italiana -destaca Mastrángelo-, pero resuelve dejar todo y venir a la Argentina, no como inmigrante, a hacer dinero, sino a desarrollar una obra".

José Madariaga, dueño de una estancia en Melincué, lo vinculó con dos personas con las que formaría su primer grupo espiritual, su hijo Miguel y Carlos Emilio Plüss. En marzo de 1937, Bovisio hizo un anuncio a sus allegados: "les voy a comenzar a dar algunas enseñanzas; nos seguiremos reuniendo una vez por semana". Así nació Cafh, el movimiento espiritual que pondría en marcha en la Argentina y al que definió como "un camino de desenvolvimiento humano cuya finalidad es lograr el conocimiento de nosotros mismos y el progreso armónico en nuestra relación con la vida, con el mundo y con lo divino".

En 1937 Bovisio viajó a Rosario, para dar una conferencia por gestión de Abraham Gurfinkel -a quien tomó como discípulo- y Enrique Mallén. Al año siguiente fundó el primer grupo de Cafh en Rosario y, dice Mastrángelo, "puso en movimiento la rueda que impulsaría más adelante toda la expansión" del movimiento. En diciembre de 1938 Bovisio se mudó con su familia a la ciudad.

Las actividades de Cafh en Rosario se desplegaron a través de la Universidad Espiritualista Americana, fundada por Bovisio en 1940 y con sede en Entre Ríos 840. Entre ese año y 1944 se realizaron diversos cursos y conferencias. "Ahí confluían científicos, creyentes y no creyentes, figuras importantes de la cultura y la burguesía de aquella época -dice Mastrángelo-. Lo interesante era el diálogo que establecían más allá de las creencias y de los dogmas. Don Santiago pensaba que nadie podía hacerse dueño de la verdad. El objetivo de esa universidad era encontrar diversos matices de la verdad y dialogar sobre temas ya sea científicos, ya sea espirituales pero en una cultura abierta. La idea de pensamiento complejo que hoy plantea Edgar Morin estaba allí en práctica".

Bovisio formó a sus discípulos a través de retiros espirituales en Pampa de Achala y mediante la formación de nuevos grupos en Córdoba (1942), La Plata (1943) y Mendoza (1946). En 1948 fundó un colegio en Embalse, Córdoba, al que le puso el nombre de su hijo Leo Bovisio, fallecido a los 14 años. Allí "transmitía la enseñanza a través de su ejemplo de vida, de su amorosa presencia y de sus orientaciones como director espiritual, amigo o maestro", dice Mastrángelo.

En 1950 Bovisio dejó Rosario para radicarse en Córdoba. El movimiento siguió expandiéndose, ya que en 1957 surgieron grupos en Brasil y Venezuela, en 1960 en Chile y posteriormente en Estados Unidos, Francia e Italia. No obstante, "la parte de expansión y de concreción de la obra él la hace en Rosario". Bovisio falleció en 1962, en un accidente automovilístico. "Don Santiago -dice Fabiana Mastrángelo- dejó un obra escrita pero más que nada dejó quienes continuaran su pensamiento y su doctrina. Se trata de un pensamiento ecléctico porque según él va tomando lo que considera mejor de cada doctrina, un pensamiento filosófico, y también de un método de vida que apunta a desenvolver al ser humano en todas sus potencialidades". Ese eclecticismo supone la articulación de "visiones complementarias y dinámicas que permiten construir un escenario holístico de la realidad y, así, evitar todo tipo de cristalización dogmática y de fragmentación de la convivencia humana".

Mastrángelo comenzó a exhumar la historia en Mendoza. "Me contacté con los discípulos y después empecé a investigar en otros puntos del país. Y donde encontré más material fue en Rosario, ya que las conferencias de Don Santiago tuvieron gran repercusión en la prensa, que incluso las reproducía". La biografía de Bovisio incluye además numerosas fotografías y documentos y inéditos y desconocidos.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Don Santiago llevaba como a Bovisio como apellido.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados