| domingo, 09 de enero de 2005 | A extraordinarias. El socialismo quiere ampliar el debate de la Constitución Reproches de Binner a la Casa Gris por no impulsar una "reforma profunda" El ex intendente celebró que Obeid finalmente enviara el mensaje a la Legislatura, pero minimizó su contenido Javier Felcaro / La Capital "El gobernador Jorge Obeid supo leer lo que necesitan los santafesinos", asegura Hermes Binner, antes de apurar un sorbo de café. Parece conforme con el envío del proyecto de reforma constitucional a la Legislatura para su tratamiento en extraordinarias, aunque no lo está del todo. "De los cinco temas que habilita el justicialismo, ninguno tiene urgencia. Son muy menguados", le objeta al mensaje oficial.
El socialismo reclama amplificar el debate antes de avanzar con los retoques a la Carta Magna provincial. Una discusión que, según la evaluación que traza el ex intendente de Rosario ante La Capital, debe superar las barreras partidarias. Sentado en un recoleto bar del parque Urquiza, y a resguardo del diluvio que ayer amagó con sofocar una tórrida semana, Binner aprovecha para fogonear "la reforma legislativa, donde aparecen dos puntos clave: la mayoría automática (en Diputados) y la unicameralidad".
-¿Está conforme con el envío del proyecto a la Legislatura?
-Es valioso que tomen la reforma con la importancia que se merece. La actual Carta Magna tiene 43 años y, desde entonces, pasaron muchas cosas. En 1994 se modificó la Constitución nacional y existen varios temas incorporados a ella con los que estamos en mora. Pero no hay que considerarlo un mero hecho político sino una necesidad de la sociedad.
-¿El socialismo lo toma como un triunfo?
-No. Ocurre lo mismo que con la ley de lemas: si algún sector político lo toma como un triunfo, es una pavada. Se derogó porque la ciudadanía pidió su eliminación. Por eso a la reforma hay que inscribirla en la necesidad de buscar caminos que expresa la sociedad.
-¿El mensaje de la Casa Gris no va de la mano con esa necesidad?
-De los cinco temas que habilita el PJ, ninguno tiene urgencia para modificar la Constitución. Son muy menguados, pequeños y se pueden resolver de una u otra forma, como ocurre con la autonomía, ampliando la ley orgánica de municipios y comunas. Lo propuesta oficial no condice con una reforma profunda.
-¿Habrá margen para instalar otras opciones?
-Tenemos una democracia menguada y un debilitamiento muy grande de los partidos. El consenso para una reforma no se enmarca exclusivamente en las fuerzas políticas. Hay numerosas organizaciones sociales, con gran presencia en Santa Fe, que deben ser consultadas. El debate tiene que extenderse a toda la sociedad. Hay que hablar de la Constitución y sobre lo que una reforma realmente es.
-¿Cree que una Convención Constituyente serviría para sumar temas?
-Tiene que habilitarla la ley. Hay que abrir el debate de la reforma legislativa, donde aparecen dos puntos clave: la mayoría automática (en Diputados), porque de lo contrario continúa el espíritu de la Constitución de 1962, y la unicameralidad. En el país son muy pocas las provincias con dos Cámaras.
-Pero el PJ no negociaría esos ítems...
-Esto es lo que hay que consultar con la población y no con los partidos. Una Constitución moderna tiene que pensar en tres elementos fundamentales: pluralidad, consenso y control.
-¿Sería candidato a convencional?
-No hablamos de postulaciones sino de qué queremos y cómo hacemos para lograrlo. Si creemos que la reforma y sus constituyentes son parte de la misma elección que establece la democracia representativa, nos equivocamos otra vez. Pretenderíamos modificar una Carta Magna con los vicios a corregir. Los constituyentes deben tener mandatos claros y precisos de lo que desea la sociedad.
-¿Por qué cree que Obeid sugirió una cosa y terminó haciendo otra con el proyecto?
-Supo leer lo que opinan, o lo que necesitan, los santafesinos. Cometeríamos un error si creemos que es un acto de debilidad. Interpretó lo que quiere la sociedad.
-Su referencia a la vigencia del modelo menemista recalentó los ánimos.
-Hay un modelo económico, el neoliberal, y otro cultural que va de la mano del anterior, patrimonio de la política que marcó la década en la que gobernó Carlos Menem. A este avance de la degradación de las instituciones todavía no lo pudimos superar. Y eso es lo que hay que hacer. Además, no fue una acusación a Obeid. Es una forma de actuar que se instaló con mucha naturalidad. Mire el caso de Claudio Pocho Lepratti (militante social asesinado en el diciembre trágico): su papá, Orlando, se murió de pena y pidiendo justicia. Lamentablemente, no la hay. Encontraron a alguien que disparó la bala, pero en toda verdulería existe el perejil. Ahora, ¿quién dio la orden? Estas cosas dejan heridas.
-El intendente Miguel Lifschitz pareció tomar cierta distancia de su posición.
-Comparto lo de Lifschitz, quien no cree que Obeid sea menemista. Yo no dije que el gobernador lo fuera, no lo personalicé. Pero existe un modelo que está metido culturalmente y, al no rescatar nuestra historia, lo tomamos como algo normal.
-Algunos sostienen que usted ya está en campaña.
-Estamos en un partido y siempre opinamos políticamente, haya o no elecciones. Un formador de imagen diría: "No hable, no se pelee con (el ex gobernador y actual senador nacional) Carlos Reutemann u Obeid". Yo no confronto con nadie, pero tampoco tendría una conducta ética... Dejaría de ser lo que soy. Además, no me desvelan los asientos. Si no, hubiese sido como (el diputado provincial) Jorge Giorgetti, candidato a todo (risas).
-Sin ley de lemas, ¿el desafío es mayor para la oposición?
-No lo evaluemos en función de conveniencias partidarias, porque nos equivocamos otra vez. Veamos la necesidad de que una democracia tiene que mejorar, porque es un sistema perfectible. No podemos decir que con los lemas no la había, pero sí que la restringía. Por eso es importante incorporar a la modificación de la Carta Magna todas las formas de democracia semidirecta que permitan realmente la participación de la sociedad. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Binner cuestionó que no se modifique la Constitución. | | |