Chicos que tiran como locos y que mueren como perros

Hijo de Guillermo Mortadela Pérez, un policía en actividad famoso por sus acusaciones de extorsionar a prostitutas callejeras, su hijo homónimo va en camino de ganar más reputación. "Torombolo" tiene 20 años y el 31 de diciembre salió tras casi seis meses de prisión. Lo acusaban, entre otros delitos, de la muerte de Sergio Romero, pero en esa causa recibió falta de mérito por insuficiencia de pruebas. A seis días de excarcelado, volvió tras las rejas.

La muerte de Sergio Romero es representativa de la clase de violencia que vive Tablada: cayó herido en una abundante lluvia de balas -al menos 50 disparos- desatada entre dos grupos el 22 de junio en Centeno y Colón. El trasfondo del caso, según los vecinos pero no probado por la Justicia, fue el tráfico de drogas.

La encarnizada disputa que envuelve al barrio es una sucesión infinita de represalias cruzadas a la que no hay que buscarle coherencia. El lunes fue baleado un chico llamado Diego Espina. El deceso hace tres días de Beto Acuña -un chico sin antecedentes, ponderado por su buen carácter y ajeno a estas riñas- fue un coletazo de otra muerte: la de Angel Ramírez, de 17 años, otro chico del barrio que apareció muerto de una puñalada en Rioja y Corrientes el 29 de noviembre.

Ahora, por el ataque en el que murió Acuña, sobreviene el de ayer en el que otros tres chicos resultan baleados. Esa es la distinción fundamental: en una porción de Tablada disparan jóvenes y son jóvenes los que mueren o quedan lesionados. Y no tiran una vez: la práctica, cada vez que hay riña, es vaciar los cargadores, esté quien esté en la calle.

Entre los 11 detenidos del jueves hay nombres significativos. Uno es Héctor Sosa, de 27 años, el amigo que acompañaba a Angel Ramírez el 29 de noviembre cuando murió en Rioja al 1400. Otro es el socio del pool que tenía Ramírez. La única mujer entre los apresados era dueña de la casa donde se encontraron las poderosas armas -cuatro pistolas 9 milímetros entre ellas- supuestamente usadas en el ataque donde murió Acuña el jueves. El concubino de esta mujer es otro de los arrestados.

Ayer fuentes policiales consignaron que la pericia define que las balas disparadas el jueves salieron de las armas secuestradas. Eso, de ser así, es una vigorosa prueba de cargo que mantendría bajo encierro a los detenidos. Luego será fundamental ver quién proveyó esas pistolas y quién las accionó.