Cocina: Palta, agradable sorpresa

Quique Andreini / La Capital

Con las paltas, esa especie de manteca vegetal pero sin colesterol, uno puede llevarse sorpresas agradables, pero también desagradables (no sé por qué pensé en ciertas mujeres). Una de ellas es que esté aguada y sin sabor, demasiado madura y con sabor rancio (no sé por qué sigo pensando en ciertas mujeres).

  Para comprarlas conviene estar atento a su consistencia, debe ceder un poco pero no mucho a la presión de la mano (no pienso agregar ningún comentario a esto, no me tiente). Las paltas chicas, casi negra, de cáscara fina son las más sabrosas. Hace algunos años en los llamados restaurantes internacionales (¿?) se las servía como recipiente contenedor de camarones con salsa golf. Era toda una paquetería.

  Pero cuando uno está con el bajón, sin ganas de nada, pruebe comerla sola sobre una rodaja de pan y un toquecito de sal acompañada por una copita de champaña brut. Nada más simple para reconfortar el alma. La palta o aguacate, es el fruto de un árbol originario de México y Centroamérica, y una receta interesante que la tiene como ingrediente principal es el guacamole.

  Esta receta que le propongo es una versión fácil de preparar (la original se hace con la ayuda de un mortero y queda como una especie de pasta con la que se puede untar pan o galletitas).


Guacamole
Ingredientes:

* paltas

* cebolla

* sal

* tomate

* cilantro en hojas o perejil

* chili, ají o pimiento

* pomelo

* naranja

* lechuga

Corte la palta en dos mitades a lo largo, luego quite la cáscara y el carozo. Si lo hace al revés al no tener el carozo que le otorga una estructura rígida, se rompe. Corte en rodajas finas, páselas por limón y escurra. Mezcle con gajos de pomelo y naranjas peladas, trocitos de tomate y hojas de cilantro picadas. Forre un bol con frescas y crocantes hojas de lechugas y coloque el guacamole adentro. Disfrute sin pánico (no todo lo rico engorda).

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