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 miércoles, 05 de enero de 2005  
Mitos sobre el cuidado de la piel

Los mitos que rodean al cuidado del sol impiden una adecuada protección. Algunos de ellos sostienen que las personas de piel oscura o que se broncean fácilmente no requieren productos antisolares. Otros, que en días nublados no es necesaria la protección, y que la piel bronceada no sufre daños solares. El comité de dermatología de la Sociedad de Pediatría de Rosario (SPR) desmitifica estos argumentos y plantea la necesidad de una mayor conciencia de los agravios que causa el sol, que van desde una insolación hasta el cáncer de piel, siendo los niños los más vulnerables.

La coordinadora del comité de dermatología de la SPR, doctora Zulema Picone, explicó a La Capital que "independientemente del color de piel o el tipo de bronceado adquirido todos necesitamos protectores solares, los que se diferenciarán en el tipo de factor". A su vez, señaló que "en días nublados se está más tiempo expuesto al sol, por ello el cuidado debe ser mayor". En cuanto a que en la piel bronceada no se producen daños, aclaró que esto es erróneo, porque la piel tiene "memoria" (cada rayo queda grabado en ella). Además, con las radiaciones absorbidas y los perjuicios sufridos, se va perdiendo la habilidad para defenderse de los rayos.

"Cada uno tiene un capital solar que le sirve para protegerse de los daños. Este disminuye a medida que se absorben más rayos, y está relacionado con el tipo de color de piel, además de la facilidad para la pigmentación. Quienes tienen ojos y piel clara son más vulnerables", agregó la dermatóloga pediátrica, jefa del servicio de dermatología del Hospital de Niños Víctor J. Vilela.


Los más vulnerables
Para el comité de dermatología de la Sociedad de Pediatría, los niños -que son más vulnerables a la exposición solar- deben aprender a convivir con el sol, sin sacrificar su salud, utilizando protectores solares media hora antes de exponerse y repitiendo su aplicación cada hora o cada 2 horas según se bañe o no. El protector debe ser aconsejado por el médico clínico, pediatra o dermatólogo para que reúna los elementos indispensables para protección contra los rayos ultravioletas A y B.

"La aplicación de las cremas no impide la absorción de la vitamina D, debido a que sólo escaso tiempo en el sol bastan para formarla y por otro lado, son varios los alimentos que la contienen, en especial los lácteos", añadió Picone.

Para la prevención de daños, aconsejan que los niños menores de 6 meses no se expongan al sol, ni usen productos antisolares. "Es fundamental la protección de la piel en el niño dado que su superficie es menor y el tiempo libre es mayor", destacó la especialista.

Para Picone "enseñar a los niños a protegerse desde temprana edad es responsabilidad de los padres, que deben obrar con el ejemplo, y exigir en los natatorios, colonias de vacaciones y campamentos, que los niños no concurran a las piletas en horas de mediodía y sin la adecuada protección", aconsejó.
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El daño solar ocurre en cada exposición y es acumulativo a través del tiempo.

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