| domingo, 02 de enero de 2005 | Para fanáticos de la pesca Marcos Cicchirillo / La Capital Con una copa de vino patagónico en la mano, sentado frente al cuadro que conforma el volcán Lanín sobre un gran ventanal en la zona de Junín de los Andes, "el americano" -como se los denomina en el sur a los estadounidenses- deja la novela en inglés que había sacado rato antes de la biblioteca del living comedor para explicar los conceptos de lodge y spring creek. Es que para los locos de la pesca con mosca con el alojamiento sólo no alcanza. Por eso los términos anglosajones lodge y spring creek en tierras mapuches sirven para identificar que esas cabañas o estancias cuentan con servicios de guías, caballos, huerta, flotada, equipos y preparado de viandas (verdaderos manjares y bebidas a granel) para amenizar la jornada en lagos y ríos mientras se pescan las truchas. Y como frutilla del postre, el chef a la vuelta puede esperar con algún plato sofisticado o típico de la región o con un chivito o asado a la estaca.
"En sesenta kilómetros a la redonda hay diez ríos y diez lagos donde se puede practicar la pesca en las tres modalidades que existen", apunta Francisco Pollitzer, administrador de uno de estos logde, para destacar la posición clave de Junín de los Andes como base de operaciones. Aun antes de la Campaña del Desierto ya lo era para los indígenas por su ubicación en un impresionante valle. Hoy, en invierno también lo sigue siendo para el turismo, dado que las cercanas pistas de nieve en Chapelco y otras de esquí de fondo toman la posta como atractivo.
La localidad neuquina, que se recuesta sobre el río Chimehuín, sirve de punto de partida para recorrer los famosos Siete Lagos (aunque sean algunos más) y los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, que en esta época del año a la variedad de verdes de los árboles (lengas, sauces, álamos, etcétera) y la diversidad de azules de los lagos y ríos suman el rojo exuberante de los notros, el amarillo de las retamas y las lilas de los chochos que visten los bordes de las rutas.
Los "americanos" llegan a pagar hasta 1.500 dólares diarios por un all inclusive. Pero las agencias locales y los propietarios de varias de estas cabañas y estancias reconocen que hay un amplio abanico de precios y que la "pesificación" existe en muchos casos para los nacidos en el país más austral del mundo. Así lo reconoce Andrés Holzman, vicepresidente de Neuquentur y propietario de una de las tres agencias locales. A modo de ejemplo, un lodge que un extranjero paga 90 dólares para un argentino puede negociarse en 90 pesos. Y así con la bebida, el guía, etcétera. Se han llegado a conocer fórmulas como las que acordó un grupo de cordobeses quienes arribaron con vinos y pautaron que les cobrarán algo así como un "derecho de descorche" mientras comían los platos de la casa.
De todas formas, los vinos de bodegas reconocidas suelen tener valores similares a los que se pagan en los restaurantes de Rosario o Buenos Aires. En materia de comida es parecido. En los dos principales restaurantes de Junín de los Andes -en el Centro de Turismo Resto Bar los ravioles de ciervo con una suave salsa rosa son una delicia y la trucha a la manteca negra con limón un manjar imperdible en el Ruca Feuney- los platos se ofrecen desde 17 pesos. También existen otros sitios de gastronomía con precios aún más accesibles. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Las cabalgatas permiten acceder excelentes peresqueros de trucha. | | |