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 domingo, 02 de enero de 2005  
Entrevista. El intendente quiere mantener un proceso de crecimiento, desarrollo y mejoras
Lifschitz: "Este año nos vamos a concentrar puramente en la gestión"
El socialista confía en poder afrontar las próximas elecciones sin problemas y con buenas expectativas

Daniel Leñini / La Capital

Miguel Lifschitz comenta situaciones que, confesarlas un año atrás, hubiesen resultado violatorias a los códigos de la política. Por ejemplo, que apenas superadas las elecciones que lo consagraron intendente de Rosario un 35 por ciento de la población lo desconocía. Eran encuestas del socialismo tiradas sobre la mesa cuando los resultados confirmaban la victoria nada más que por 5.000 votos.

Lifschitz celebra, por lo tanto, cerrar el año de esta manera, sin grandes tormentas. El contexto político le resulta favorable y su figura, como todavía no molesta allá arriba, la destacan hasta desde el justicialismo. El gobernador Jorge Obeid le dedica elogios, Carlos Reutemann lo recibe en su despacho del Senado nacional y el presidente Néstor Kirchner o su esposa, cada vez que viaja a Buenos Aires, le limpian una oficina para que haga los pedidos. Los pocos radicales con peso que quedan lo tratan bien, mientras que en su partido todos se encargan de publicitar halagos. Vientos favorables de varios lados, se podría decir.

¿Lifschitz era un tapado o el verdadero desafío comenzará en un tiempo? ¿Resolvió problemas cruciales de Rosario o los eventos y la recuperación lo posicionaron bien? ¿Su antecesor, Hermes Binner, acaso no tuvo también el trabajo facilitado hasta que a su figura empezaron a horadarla cuando decidió ir por la Gobernación?

-Se encontró con comentarios auspiciosos como cierre del año. Por ejemplo, que fue la revelación. Además, resultó tapa de Gente junto a los personajes de 2004. ¿Era para tanto?

-Creo que expresan la realidad de una ciudad que tuvo un año importante. Puede haber méritos de nuestra gestión pero es justo reconocer que una cantidad de circunstancias contribuyeron al despegue de Rosario que todo el mundo comenta. Esto es lo real. Se verá en el 2005 si es posible mantener un proceso de crecimiento, desarrollo y mejoras.

-Será un año surcado por las elecciones legislativas, nacionales y de concejales ¿Lo asusta? ¿Le pueden meter ruido en la gestión?

-No. Creo que estamos bien plantados en la ciudad y en la provincia, y que es una elección que vamos a poder afrontar sin mayores dificultades y con una muy buena expectativa. Lo que sí me preocupa es si el clima y el proceso electoral (que, merced a la nueva normativa en Santa Fe, será mas largo: habrá primarias) terminan de alguna manera diluyendo una cantidad de iniciativas y proyectos que, esperamos, se puedan ir concretando a lo largo del 2005.

-Pero desde el PJ, al menos durante el 2004, prácticamente no le formularon críticas.

-Hubo algunos palos de algunos sectores. Pero con el sector mayoritario del justicialismo del Concejo Deliberante trabajamos en un marco de acuerdos, programáticos en algunos casos, de gestión concreta en otros, a partir de nuestra voluntad de articular políticas. Y entiendo que fue algo positivo para la ciudad y para el PJ porque algunos dirigentes de ese partido político se han prestigiado.

-Se viene el plebiscito que querrá instalar el gobierno nacional, que en cada provincia se elija la boleta del PJ a diputados. ¿Le servirá a usted para pedir que le plebisciten la gestión pero con la lista de concejales socialistas?

-Lo ideal sería que el ciudadano eligiera con cierta independencia y libertad. Pero no podemos negar que existe esta tendencia a pegar los comicios a las gestiones ejecutivas nacional, provinciales o locales. Por lo tanto, en Rosario incidirá, aunque no tan directamente, como lo probaron experiencias anteriores. Es decir, no es una traslación directa, pero de alguna manera incide. Si tenemos una gestión bien valorada por la opinión pública, contribuirá a que nuestros candidatos a concejal tengan mejores chances. Aunque mucho dependerá de quienes sean los postulantes y cómo se dé el contexto general.

-¿Evalúan dentro del partido que la diferencia ajustada de 5.000 votos que le permitió a usted ganar la Intendencia, hace nada más que un año, hoy se ensanchó?

-No sé si es tan así. Sin duda, el mayor conocimiento de uno que otorga la gestión... Recuerdo que, según la primera encuesta a unos días de ser electo intendente, todavía había un 35 por ciento de la población que no me conocía, que no tenía opinión. Esto prácticamente se redujo hoy a cero. El hecho de estar todos los días en acción de gobierno permite un crecimiento político, pero guarda: no soy exitista. Estamos en un primer año y es normal que exista cierta cuota de confianza. Nos tocó un año bárbaro, aunque para valorar a un intendente hay que esperar cuatro.

-Se cumplieron quince años de gobierno socialista en la ciudad. ¿Está conforme?

-Es una experiencia importante la que venimos desarrollando en Rosario desde hace quince años, con matices distintos pero, en definitiva, manteniendo una continuidad en las líneas fundamentales de la acción de gobierno que, me parecen, ya son motivo interesante para estudiar política y sociológicamente. Todavía falta mucho. Nos vamos a concentrar este año en la gestión del municipio. Tenemos una cantidad importante de iniciativas y proyectos que concretar.
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"Es normal cierta cuota de confianza. Nos tocó un año bárbaro", dijo Lifschitz.

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