 | viernes, 31 de diciembre de 2004 | Dolor y tensión Habían pasado unos pocos minutos del fatal accidente en el cual Lautaro y Nicolás perdieron la vida cuando la esquina de Presidente Perón y Rouillón se convirtió en escenario de las muestras del dolor más inmenso. Los padres y otros familiares de los chicos fallecidos, que viven en la zona de Virasoro al 5700, a pocas cuadras de allí. La mamá de los nenes llegó cuando al más chico ya se lo había llevado una ambulancia. La mujer, de pantalón gris y musculosa blanca, visiblemente shockeada se arrojó sobre el cadáver de su otro hijo, ya cubierto con una sábana blanca. Uno de los agentes de la Guardia Urbana Municipal que estuvo en el lugar dijo poco después que la situación en el lugar se fue poniendo muy tensa cuando otros familiares de los chicos detectaron al conductor del vehículo que los arrolló, pero afortunadamente todo quedó en algunos insultos salidos del más profundo dolor. enviar nota por e-mail | | |