El fantasma está de fiesta

Completó la vitrina. Por eso la fiesta fue total y merecida. Una vuelta olímpica que se hizo esperar pero que llegó. Para muchos, quizás en el momento menos esperado, porque pensaron que las ausencias y las lesiones jugarían una vez más sus cartas más altas. Pero no fue así, el grupo se hizo fuerte en la adversidad y demostró que con inteligencia y corazón las grandes empresas quedan chicas.


En tono verde y negro
Ayer todo fue verdinegro. Desde las banderas que colgó la "Bacardi" apoyando a sus dos hombres dentro del campo de juego (Carranza y Reyes) hasta el humo. Todo se confundió, como se confundieron los abrazos con un llanto que no pudo ser reprimido. Y sobre todo la satisfacción del deber cumplido. Muchas emociones y todas juntas. El piletazo como una postal única, como el momento cumbre y un sólo grito: ¡Duendes campeón!

Gattarello, try y triunfo asegurado.