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 martes, 30 de noviembre de 2004  
Del placer a la tensión sin escalas
Desplumaron a los clientes de una "casa de masajes"
Tres hombres armados robaron dinero y celulares a los presentes. En la Jefatura dicen que no se enteraron

Un local del macrocentro rosarino que funciona como "casa de masajes" fue arrasado el viernes pasado por tres hombres armados. Los ladrones inmovilizaron a los clientes y a las chicas que trabajan en el establecimiento. Luego se llevaron la recaudación y efectos personales de los hombres que esperaban o estaban en pleno disfrute de las sesiones pautadas.

El atraco fue desmentido por los responsables del local y altas fuentes de la Jefatura de la Unidad Regional II dijeron, hasta entrada la noche de ayer, desconocer el ilícito a 72 horas de registrado.

Madame Mary es un espacioso chalé de dos plantas con un entrepiso ubicado en San Juan al 2600. A un costado, una pendiente en bajada de cemento conecta con un garaje. Está habilitado por la Municipalidad como casa de masajes.

De acuerdo con lo que indica la denuncia formalizada en la seccional 6ª, cerca de las 21 del viernes tres hombres de entre 35 y 40 años tocaron el timbre del local. Los sujetos vestidos con prolijidad y con movimientos pulcros pidieron con cortesía uno de los servicios que presta la casa de masajes. "Hablaron con la encargada para que les acondicionara el lugar donde recibirían los reparadores masajes", explicó con elegante ironía la fuente policial.

El vocabulario fluido y la buena dicción de los desconocidos convencieron a la responsable del local de que estaba frente a clientes. En escasos segundos, comprobaría que se había equivocado. Uno de los intrusos la encañonó con un revólver y le exigió la recaudación. La mujer no tuvo otra alternativa que entregarle el efectivo.

Después recorrieron cada uno de los sitios donde los clientes se abandonaban a los experimentados desempeños de las chicas. Entonces se olvidaron del relax y, atribulados, se resignaron a ver cómo les robaban las llaves de sus autos y los celulares. Antes de irse, los bribones encerraron a las víctimas del atraco en una pequeña pieza donde se guardan los elementos de limpieza y después se marcharon en dos motos de alta cilindrada con rumbo desconocido. "Los tipos se movieron como profesionales y presumimos que conocían los movimientos del lugar", comentó el oficial consultado.

Ayer a la tarde, un cronista de La Capital llegó hasta la casa de placer. Una chica con anteojos, enfundada en una minifalda tableada blanca y una remera le franqueó el paso. Luego la muchacha se deslizó hacia un pasillo en búsqueda de un responsable del comercio y después regresó. Colocó una ficha en una máquina de música y del equipo surgió una cumbia. Un rato después apareció una mujer cincuentona y robusta que se presentó como la encargada del local.

"Hola, yo soy Mary. Te digo que acá no hubo ningún robo. Tiene que haber sido en otro lugar de la cuadra porque últimamente asaltaron a muchos negocios de la zona", aseguró, en un tono amable. Lo mismo decía un alto oficial de Jefatura del área de Investigaciones. "No sabemos nada de un hecho así". Con un llamado a la 6ª habría bastado para averiguarlo.

Para recibir los servicios de Madame Mary, se debe atravesar una sala de estar con pequeños sillones tapizados, que se convierte en la recepción del local. A unos pocos metros, colgado sobre una pared, se puede ver el diploma de una cosmetóloga que la habilita para supervisar los plácidos masajes que allí se brindan.
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Madame Mary, en San Juan al 2600.

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