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 domingo, 28 de noviembre de 2004  
Mengele murió convencido de la "supremacía de los arios"

Josef Mengele ha sido el hombre que más ha simbolizado todo el horror del nacionalsocialismo y del holocausto. Mengele (conocido como "el ángel de la muerte" del campo de exterminio de Auschwitz), fue el más acabado mentor de la teoría y la práctica del holocausto, de la selección racial y el experimento científico con seres humanos.

Aún en la actualidad, los sobrevivientes tiemblan cuando recuerdan la espigada figura del médico y capitán de las SS en la llamada "rampa de la muerte" de Auschwitz, seleccionando entre los prisioneros a quienes podían trabajar, quienes iban directamente a la cámara de gas y a los niños, mujeres y hombres con peculiaridades físicas que utilizaba para sus experimentos.

Su siniestra fama se convirtió en terrible leyenda cuando desapareció después de la guerra. Durante 34 años vivió huyendo bajo un sinfín de nombres, protegido por otros nazis en Latinoamérica, hasta que en 1979 murió ahogado en una playa de Brasil. Los intentos de localizarlo y capturarlo fracasaron. Hasta 1985 no se pudo confirmar su muerte.

Ahora, 25 años después de ahogarse en la playa brasileña de Bertioga, salen a la luz unas cartas inéditas suyas a amigos y familiares que demuestran que Mengele terminó sus días como un nazi convencido y firme defensor de la pureza aria como resguardo contra el contagio de debilidades y vicios de las "razas inferiores".

Son 85 escritos confiscados hace 20 años en la casa de amigos suyos y después olvidados en los archivos de la policía brasileña. Ahora han sido traducidos del alemán y publicados por el diario Folha de Sao Paulo. Son testimonios banales de la vida de fugitivo de quien sin duda fue uno de los asesinos más crueles y sofisticados de la historia.

Pero una y otra vez aparecen comentarios y reflexiones que revelan a un Mengele que no se arrepentía de nada y seguía obsesionado por la pureza de las razas superiores y la validez de los principios ideológicos del nazismo a los que de forma tan destacada sirvió.

En uno de los documentos, datado en su diario en 1976, escribió que estaba leyendo las memorias de Albert Speer, el que fuera ministro de Armamento y arquitecto favorito de Hitler. Speer, juzgado en Nüremberg, escribió sus memorias mientras cumplía los 20 años de condena por su actuación en la guerra.

El "ángel de la muerte" ve en el libro disculpas y lamentos inaceptables. "Se ha humillado (Speer) y se muestra arrepentido, lo que resulta muy lamentable", comenta Mengele.


Un "peligro" para Latinoamérica
Según dice en 1972, Latinoamérica "corre un serio peligro si disminuye el peso de las razas nórdicas; la civilización creada por los europeos en otras partes del mundo sólo es ejemplo de éxito allí donde los blancos no se han mezclado". Y elogia la segregación racial de Suráfrica, entonces en su cenit. A EEUU le augura un futuro de ruina por "su exceso de mezcla".

En otra carta protesta porque una sobrina suya tiene un novio de origen alemán que no comparte "la ideología aria". Mengele vivió tres años escondido en Baviera tras la guerra y después, gracias a las redes de apoyo nazis, huyó a la Argentina; después, a Paraguay, y finalmente se instaló en Brasil.
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