| domingo, 21 de noviembre de 2004 | El castigo como última opción Silbando, esposado, vestido con bermudas y el torso desnudo. Así vio llegar Manuel Céspedes al menor acusado de haber matado a su hijo, cuando entraba custodiado a la seccional 18ª. El adolescente sigue detenido en el Instituto de Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar), bajo intervención del juzgado de Menores a cargo de Carlos Cartelle.
"Es muy difícil dar respuesta a todos ante una situación social tan compleja y cuando la ley obliga a absolver si en un año se nota una recuperación del menor", consideró el magistrado, mientras la causa se encuentra en el período de ofrecimiento de pruebas. Cuando se clausure esa etapa, el juez estará en condiciones de determinar si el menor debe o no ser declarado penalmente responsable del crimen. Aún si es declarado autor, el joven puede no ser condenado si se percibe una "recuperación" mientras dura la intervención tutelar del juzgado.
A los padres del muchacho asesinado no hay pena que les parezca suficiente. Pero el régimen de Menores, por tratarse de personas en formación, contempla al castigo sólo como la última opción. "Lamentablemente, en este caso se perdió una vida muy joven, una persona que tenía muchas expectativas. Pero también está la Convención de los Derechos del Niño, que debemos respetar y aplicar", dijo el juez.
Mientras tanto, Maxi, el pibe acusado, les asegura a los suyos que no tuvo nada que ver con el crimen. "Yo estoy tranquilo", asegura, y asume con calma su detención. Su abogada, Mercedes Guevara, indicó que en prisión terminó el 9º año de la EGB. La madre del chico, que tenía antecedentes por hurtos y "mala fama" en el barrio, sostiene que confía en la inocencia de su hijo porque "la ropa que la policía secuestró en su casa no había sido usada por el ese día". enviar nota por e-mail | | |