Cosa de hombres

Duendes bajó a Alumni y es semifinalista

Pablo F. Mihal / La Capital

No dejaron dudas: Duendes es un equipo de hombres. Ayer lo volvieron a demostrar ante Alumni, el subcampeón de la Urba, al vencerlo por un ajustado 16-15 en la tercera y última fecha clasificatoria del torneo Nacional de Clubes y obtener por añadidura el pasaporte a una de las semifinales del torneo. Lógico que la empresa no fue fácil ni mucho menos, pero puso todo lo que tenía que poner, se hizo torazo en rodeo ajeno y cosechó un nuevo triunfo aferrado a un libreto que casi no tuvo fisuras. Cuando las papas quemaban, los verdinegros aparecieron en toda su dimensión, justificando que el viejo adagio que dice que el rugby es un juego de hombres.

La defensa volvió a ser el estandarte de un equipo que suple la calidad de algunos jugadores ausentes con convicción y entrega, equilibrando así la balanza. Ayer todos, absolutamente todos, hicieron del tackle un culto, a tal punto que su encumbrado rival por momentos se vio obligado a bajar los brazos ya resignados de no poder encontrar un hueco por donde pasar. El centro de la cancha tuvo en Farré y Gattarello un verdadero cerrojo y el despliegue de la tercera línea completó un dispositivo defensivo vital a la hora de analizar las razones de la victoria. Paloma Vignolo, Gorosito y Hagge fueron tres leones.

Duendes jugó el primer tiempo con viento en contra, aguantando los constantes embates de un Alumni que con el correr de los minutos se hizo dueño del campo y de la posesión pero que no pudo trasladar ese dominio al marcador sino hasta el último minuto del primer tiempo. Durante todo el primer parcial la defensa le ganó la pulseada al ataque.

En la segunda parte las cosas cambiaron. Con viento a favor Duendes salió decidido a dar vuelta la historia. La reacción se transformó en protagonismo más allá de que el marcador cambiaba y que Alumni seguía manteniendo la ventaja. Juan Mangiamelli (de muy buen trabajo) empezó a marcar el camino con un try. A partir de ahí Duendes tomó más confianza, no se conformó y fue por más.

Y en una partido parejo gana el que no se equivoca pero también el que aprovecha su chance. Duendes la tuvo y supo facturar. Pasada la media hora Román Miralles desbordó por una de las puntas y se zambulló al try, que sería a la postre el de la victoria. Los instantes finales encontró a los verdinegros defendiendo el resultado con uñas y dientes hasta que el pitazo final del tucumano Alcocer (de flojo rendimiento) soltó el festejo contenido. No era para menos, Duendes era semifinalista.