| viernes, 19 de noviembre de 2004 | Molina: "Todo está marchando de maravillas" El director del Instituto Cervantes, César Molina, afirmó ayer que el III Congreso Internacional de la Lengua "está funcionando de maravillas" y no se cansó de cantar loas a Rosario, a la que definió como una "ciudad bellísima, tranquila y con gente encantadora". También entre los responsables de la organización a nivel nacional y local hubo satisfacción por cómo marchan las cosas, pese a pequeños inconvenientes de ocasión. Unos más leves, como algún desajuste con un par de autos atrasados al ir a buscar a los pasajeros, y otros un poco más difíciles de resolver, como el hecho de que las ponencias no estén a disposición por escrito de los congresistas y la prensa, sencillamente porque sus autores las entregaron fuera de tiempo y hasta en forma manuscrita. La promesa es compensar esa falta con la posterior edición de un CD.
El director del Cervantes, César Molina, fue uno de los más entusiastas con el desarrollo del congreso. "He sido profesor de periodismo y siempre les he explicado a mis alumnos que no hay noticias positivas. Sería noticia si dijera que todo va fatal, pero realmente va todo muy bien, el congreso está funcionando de maravillas", afirmó.
Molina dijo no haber recibido ninguna queja -ni por el transporte aéreo, ni por los hoteles, ni por las ponencias- y no se cansó de elogiar a Rosario. "Como se escucha decir a todo el mundo, este paisaje ayuda: la ciudad está bellísima, tranquila y con gente encantadora", aseguró.
La subsecretaria de Cultura de la Nación, Magdalena Faillace, al frente del comité ejecutivo nacional, también elogió la calidad y el desarrollo del congreso, y rescató que, en lugar de decaer, durante la segunda jornada la participación fue in crescendo. "Yo no soy triunfalista, pero realmente siento que hay fervor en este congreso y un verdadero clima de fiesta en la ciudad -dijo-, algo que hasta los españoles reconocen como algo fuera de lo habitual".
El representante del municipio en la organización local, Marcelo Romeu, también expresó su satisfacción por cómo marchan las cosas, aunque reconoció que hubo algunas quejas por la transmisión de la apertura en el teatro Astengo, a cargo de la empresa responsable por la logística del congreso.
"Lo mejor -dijo Romeu- fue el clima increíble del día de apertura: la ciudad vivió una especie de Año Nuevo". Lo que debió haber salido mejor, admitió, fue que las ponencias escritas estuvieran a disposición de los congresistas y la prensa. Una misión imposible porque buena parte de los expositores no las entregó a tiempo. E incluso, entre las que llegaron tarde, no faltaron las versiones manuscritas. enviar nota por e-mail | | |