| jueves, 18 de noviembre de 2004 | Al aprender a correr, los humanos accedieron a una evolución más acelerada La competencia con otros animales carnívoros causó en el "hombre maratónico" profundos cambios Los primeros humanos evolucionaron al correr, lo que les permitió adquirir la forma que poseen en la actualidad para poder competir con animales carnívoros de cuatro patas que poblaron la sabana africana, según concluyeron científicos de la Universidad de Utah y de Harvard, de los Estados Unidos.
En la investigación, los expertos indicaron que al conocido homo sapiens habría que denominarlo "hombre maratónico", ya que fue una criatura adaptada de forma única para correr largas distancias sin cansarse.
Los científicos explicaron que los primeros seres humanos debieron evolucionar a bípedos para poder correr más rápido que otros animales prehistóricos sobre largas distancias.
El antropólogo y biólogo estadounidense Dennis Bramble, de la Universidad de Utah, explicó que "el correr ha demarcado substancialmente la evolución del hombre. Así se hizo al hombre moderno, al menos en el sentido anatómico". Los científicos consideran ahora que correr y no caminar "fue uno de los eventos más importantes en la historia de la evolución humana".
"Estamos teorizando ahora que la emergencia de los seres humanos como los conocemos ahora se debe principalmente a su evolución para movilizarse rápidamente y volverse un animal bípedo", explicó Bramble.
Junto a su colega Daniel Lieberman, de la Universidad de Harvard, ambos examinaron 26 partes del cuerpo humano que permiten la habilidad de correr. En su informe, los investigadores concluyeron que correr fue mucho más para el hombre que una consecuencia por tener dos piernas, como los científicos creían hasta ahora. La habilidad de caminar parado sobre dos patas evolucionó en el australopitecus hace al menos 4,5 millones de años.
Pero este homínido también retuvo la habilidad de saltar de árbol a árbol como los monos y los primeros ancestros del homo sapiens no evolucionaron en lo que llamamos "hombre moderno" por los siguientes tres millones de años.
Según los dos científicos, el caminar sobre dos patas no puede explicar muchos de los cambios del cuerpo humano que distinguen las especies del homo sapiens desde el australopitecus.
En comparación con los ancestros del hombre moderno, los australopitecus poseían piernas cortas, largos brazos, y extensos hombros, como también tobillos que no eran visibles, además de poseer más músculos que conectaban a la espalda con la cabeza y el cuello.
"Si la selección natural no hubiera favorecido a los homínidos que corrían, seguiríamos pareciéndonos a los simios", concluyó Bramble. (Télam) enviar nota por e-mail | | |