| jueves, 18 de noviembre de 2004 | Coca y el tren Tarde seca y calurosa. Se escucha el silbato del tren y el bullicio de cientos de pasajeros en el andén. Es la "época de las vacas gordas" y de los trenes que circulan a "montones". Sólo existen las radios a válvula y no hay lugar para el transistor, ni mucho menos se habla de la revolución de Internet. Al pariente o al amigo se lo visita, imposible verlo por una cámara conectada a la red. En la estación de trenes de Resistencia están a punto de partir hacia Rosario muchas personas, todas llegaran a destino y sus vidas no dependerán del estado de la ruta ni del cansancio del explotado chofer del autobús. La locomotora remolcará veinte vagones con casi mil quinientos pasajeros con total comodidad. Entonces, ¿por qué no sigue habiendo trenes? ¿Quién "curra" ahora con esto? Coca y sus hermanos utilizaron muchas veces este servicio que prestaba el Estado y que no era deficitario como lo hicieron creer. Bueno es recordar que nadie conjugaba el "verbo" pagar peaje. Casualidad, causal, ahora se paga peaje, pero no a Vialidad Nacional, o sea el Estado cuyos dueños son todos los argentinos. Hoy se "garpa" a los privados, la "guita" a unos pocos y la mayoría a "joderse". ¿No te parece?
Daniel Marocco
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