"Un tipo muy temperamental"

Miguelez vivía en un pequeño departamento ubicado sobre el bar que atendía junto a su esposa y dos de sus hijos

Luis Miguelez manejaba el bar de Zeballos y Corrientes desde hacía poco más de ocho años. Antes había regenteado otro local gastronómico en Presidente Roca y San Juan. Muchos clientes del primer negocio lo siguieron cuando abrió el segundo. Desde hace unos años Miguelez estaba separado de su mujer y vivía en un pequeño departamento ubicado en la parte superior del negocio. Pero a pesar de vivir en diferentes lugares, Luis y su mujer conservaban una buena relación.

Los parroquianos con los que habló La Capital coincidían ayer con que "El bar de Luis" era un negocio familiar, porque también intervenían sus hijos Rocío, de 26, y Leonardo de 22. La familia se completa con Cristina, de 24 años. "Tenían una buena relación a pesar de estar separados", manifestó Ana María, una habitué del bodegón.

Rocío y Leandro, los hijos del hombre asesinado, contaron ayer a La Capital que el bar es la única fuente de ingresos para la familia. "No se cómo vamos a seguir. Pero tenemos que hacerlo porque es nuestro trabajo", coincidieron. Ambos también comentaron que Luis fue asaltado en varias oportunidades y que también sufrió algunos robos nocturnos.

"No tenemos la menor idea de lo que pasó. Para mí lo quisieron robar y él se resistió. Mi viejo era un tipo temperamental y estoy seguro de que lo asaltaron. Además faltaba dinero y un equipo de música", agregó Leandro, quien junto a su hermana aseguró que Luis "era muy querido en la zona".

Pero los hijos de Miguelez también reconocieron que su padre tenía la costumbre de "abrir la puerta a conocidos o clientes que llegaban a la madrugada, cuando él estaba terminando de cerrar" y sospechan que eso podría haber pasado momentos antes de que Luis fuera asesinado.

Entre los concurrentes al bar muchos coincidían en que a Luis se lo veía un poco desmejorado, especialmente desde que tuvo una angina de pecho por la cual estuvo unos días internado.