Cambio de gabinete. El secretario de Estado dejó un gabinete en el que siempre fue una voz minoritaria

Colin Powell, único moderado en el gabinete de Bush, presentó su renuncia

Será sustituido por la asesora de Seguridad Condoleezza Rice, una "dura" de larga vinculación con los Bush

Washington. - El secretario de Estado norteamericano Colin Powell presentó ayer su renuncia, aunque destacó que de antemano tenía planeado permanecer como jefe de la diplomacia estadounidense sólo un período presidencial, que ahora termina. "Siempre fue mi intención servir un período completo", dijo Powell a la prensa en el Departamento de Estado. Sin embargo, añadió que seguirá en el cargo unas semanas o "uno a dos meses", hasta que su sucesor haya sido ratificado por el Congreso. Además de Powell renunciaron los titulares de Energía, Agricultura y Salud, en un cambio de gabinete que delineará el segundo mandato de George W. Bush.

El presidente designará a la consejera de Seguridad Nacional Condoleezza Rice como reemplazo de Powell al frente del Departamento de Estado, aseguró anoche un prominente funcionario de la Casa Blanca.Rice, una académica especializada en Rusia de larga relación con la familia Bush, es conocida por su línea dura en materia de política exterior y seguramente su designación no es la que esperaban muchas cancillerías europeas.

"Fue un gran honor para mí servir a mi país", declaró Powell en una declaración escrita dirigida a Bush. "Logramos una gran cantidad de cosas". En las próximas semanas, aún tiene una agenda completa, que incluye el viaje a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec) en Chile y la participación en la conferencia sobre Irak en el balneario egipcio de Sharm el Sheik, para luego visitar Europa.

Powell, de 67 años, hijo de inmigrantes jamaiquinos criado en el Bronx, es considerado un fino analista. Ayer señaló que estuvo discutiendo sus planes de dimisión con el presidente George W. Bush durante el año pasado. "Como lo hablamos en los meses pasados, creo que ahora, después de las elecciones, llegó el momento para mí de retornar a la vida privada", dice Powell en la carta que le envió a Bush. "Me alegro de haber pertenecido a un equipo, que comenzó la Guerra Mundial Contra el Terrorismo y liberó a los pueblos afgano e iraquí (...). En éstas y otras áreas, el poder de su liderazgo fue la fuerza impulsora de nuestro éxito", señala en el texto.


Rice, segura sucesora
El general, que comandó la primera guerra contra Irak en 1991, aún no se puso a pensar sobre su futuro, aseguró ayer. Para reemplazarlo se especulaba ayer con la actual consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice. Este rumor fue confirmado anoche desde la Casa Blanca por un funcionario de primer nivel que pidió el anonimato. Antes de la confirmación de Rice, también se mencionaban al embajador estadounidense ante Naciones Unidas, John Danforth, así como del consejero presidencial para Medio Oriente Elliot Abrams. Pero también se le atribuía interés en el cargo al vicesecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, un halcón que impulsó la invasión de Irak y que causaría grandes dificultades en la relación con Europa.

Rice, quien cumplió 50 años este fin de semana, es una experta en Rusia y es sabida su preocupación de que, bajo el presidente Vladimir Putin, retorne a un tipo de régimen autoritario similar al soviético. Su vinculación con la familia Bush es de larga data y se remonta a la presidencia de Bush padre (1988-92). Danforth, en tanto, tendría el favor tanto de republicanos como de demócratas. Antes de ser nombrado en la ONU, fue enviado especial de Bush para las negociaciones de paz en Sudán."Si el presidente no elegirá a Rice para suceder a Powell, tal vez para mantenerla a su lado en la Casa Blanca", y no impulsa a Danforth, otro posible candidato era el senador Richard G. Lugar, "un republicano que lidera el poderoso comité de Relaciones Exteriores y cuenta con el respeto" de los dos partidos, afirma el NYTimes.

También se mencionó ayer a Paul Wolfowitz, vice secretario de Defensa. "Pero Wolfowitz es conocido como un halcón" y su nominación podría ser rechazada en el Senado. Todos los integrantes del Ejecutivo estadounidense deben pasar por la aprobación del Congreso.

La renuncia de Powell, el primer secretario de Estado negro en la historia de Estados Unidos, ha sido tema de especulación desde hace meses. Este domingo, Powell participó en los programas políticos de televisión y defendió la política con Irán. Los palestinos, por su parte, se preparaban para una visita del secretario de Estado a sus territorios.

Durante el primer mandato del presidente Bush, Powell ha sido la voz más moderada de su gobierno. Tuvo reiterados desacuerdos con los halcones del gobierno estadounidense, como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el vicepresidente, Richard Cheney. Ello condujo a que librara una lucha de poder con Rumsfeld acerca de quién iba a dirigir la política iraquí tras el avance estadounidense. En un principio ganó Rumsfeld, pero después del traspaso de soberanía en Irak, el Departamento de Estado volvió a ganar influencia, ante el evidente desastre pergeñado por los hombres del Pentágono, que dejaron caer al país en el caos.


El mal paso ante la ONU
Antes de la guerra en Irak, Powell se dejó convencer por los halcones y los servicios secretos de la presunta amenaza inminente que suponía el país árabe. Ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas presentó "pruebas" del programa de armas iraquí, que con el paso del tiempo se han demostrado falsas. Su gesto, mostrando ante el Consejo de Seguridad un pequeño frasquito para ilustrar la peligrosidad de las armas biológicas de Saddam, quedará en la historia del drama iraquí.

Dos semanas después de las elecciones presidenciales, además de Powell presentaron su renuncia el secretario de Educación, Rod Paige; el de Energía, Spencer Abraham, y la titular de Agricultura, Ann Veneman. La semana pasada anunciaron que dejaban su cargo el secretario de Justicia, el ultraconservador John Ashcroft, y el titular de Comercio, Donald Evans.

Powell ayer, al comentar su salida del gobierno estadounidense.