| domingo, 14 de noviembre de 2004 | Todo sigue igual En julio de 2002, cuando el juez de Menores Juan Leandro Artigas hizo lugar al hábeas corpus por la situación de los menores detenidos en comisarías de Rosario, solicitó a la Unidad Regional II un exhaustivo análisis de arquitectura, planimetría y fotográfico que pusiera de relieve las condiciones de hacinamiento en la que esos menores estaban alojados.
Así las cosas, el resultado fue un lapidario informe en el cual, entre otras cosas, se decía que los chicos "estaban en penales oscuros, húmedos, sin pintura, en estado deplorable, debiendo dormir en pésimas condiciones de higiene y careciendo de duchas en los baños". También afirmaba que en algunas seccionales, "cuando se van a dormir se los encierra y dejan de tener acceso al baño" y remarcaba que "no cuentan con luz eléctrica". enviar nota por e-mail | | |