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 viernes, 12 de noviembre de 2004  
Galeano y Fontanarrosa convocaron una multitud
El escritor uruguayo presentó su libro "Bocas del tiempo" ante unas 2.000 personas en el teatro Broadway

Diego Veiga / La Capital

Tan sólo dos mesas, dos copas de agua y los diálogos de dos tipos increíbles sirvieron para cautivar a unos 2.000 rosarinos. Ocurrió anoche en el teatro Broadway, cuando el escritor uruguayo Eduardo Galeano presentó su último libro "Bocas del Tiempo" junto a Roberto Fontanarrosa. Con su voz grave y pausada, Galeano leyó algunos de los relatos que integran su libro y arrancó aplausos desde todos los rincones. Así, la historia de un sultán que descubrió los supuestos poderes afrodisíacos de una berenjena se mezcló con la de aquel goleador que tuvo la definición del clásico en sus pies y marró el penal porque sabía que nadie le había cometido falta en el área. En medio también hubo espacio para analizar las elecciones en Uruguay y "la loca carrera armamentística yanqui". Fueron más de dos horas en las que los relatos se adueñaron de un heterogéneo auditorio. Una agradable velada que rompió con la monotonía de los jueves.

En tiempos donde la televisión se adueña de todo suele sorprender que casi 2.000 personas colmen los tres pisos de un teatro para asistir a la presentación de un libro y escuchar a su autor leer algunos pasajes. Y la sorpresa es aún mayor cuando es posible observar como un adolescente enfundado en una camiseta de fútbol disfruta con igual pasión del relato de Galeano que la señora bien vestida que ocupa la butaca de al lado.

Los dos aplauden a rabiar. "Este tipo es un capo", asegura el muchacho. "Es uno de los escritores más representativos de América Latina y dueño de un talento único", sentencia la señora.

En el escenario, Galeano desgrana las hojas del libro, escoge algunos relatos y sorprende con las historias más desopilantes. "Hace más de 4.000 años la mujer y el hombre se dijeron las primeras palabras y creyeron que podrían entenderse. Y en eso estamos todavía ...", remarca y arranca la primera carcajada colectiva de la noche.

Minutos después escoge otro relato que se nutre de preguntas infantiles, como el de aquella niña de seis años que se preguntó: "Se enojará Dios si no creo en él. Yo no sé cómo decírselo".

A la derecha de Galeano está Fontanarrosa, quien mantiene con el uruguayo diálogos imperdibles que deleitan a las colmadas plateas, palcos y tertulias.

"Si algo me asombra de Eduardo no es su prosa, su exquisita forma de leer y su capacidad de narrar. Lo que realmente me asombra es que lea sin anteojos", asegura en la primera intervención que tiene en la noche. Después debaten en torno al supuesto poder afrodisíaco de la berenjena, el eje central de uno de los más de 300 relatos que integran el libro de Galeano.

También hay tiempo para analizar las elecciones uruguayas y Galeano remarca que en su país "se produjo el milagro de la resurrección de la alegría".

Unos minutos después se enfrascan en el análisis de la carrera armamentística yanqui y Galeano sostiene "lo curioso que fue ver reaparecer a Bin Laden en plena campaña electoral. Sin dudas George Bush usa este hombre para asustar, y realmente con esa cara Bin Laden no puede asustar a nadie, si hasta parece un murguero uruguayo", dice.

Así, el análisis de la realidad internacional se mezcla con los relatos más desopilantes con una velocidad y un interesante hilo conductor que sólo muy pocos pueden lograr. Y anoche, Galeano y Fontanarrosa lo lograron y las cerca de 2.000 almas que colmaron el teatro y hasta reclamaron en la puerta que dejaran entrar a todos aplaudieron a rabiar.

Sin dudas, anoche en el Broadway se vivió una agradable velada que rompió la monotonía de los jueves. Y tan sólo alcanzaron dos sillas, dos vasos de agua y los diálogos de dos tipos increíbles para cautivar a cerca de 2.000 rosarinos.
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Fontanarrosa y Galeano charlaron como si estuvieran en un bar.

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