Carlos Calvo: "Intentar mantener aquella imagen de héroe y supermacho fue agotador"

El actor confesó que ahora es otro tipo y que el amor de la gente ya no le provoca ninguna fobia

José L. Cavazza / La Capital

"Tuve una segunda oportunidad cuando creí que no la iba a tener", dijo a La Capital Carlos Calvo que llega a Rosario el próximo fin de semana encabezando el numeroso elenco de "Money money", la comedia del norteamericano Ray Cooney. La obra, que se presentará sábado y domingo en el Auditorio Fundación Astengo, plantea en formato de comedia policial las peripecias de un hombre que en el día de su cumpleaños se encuentra un millón de dólares.

El ex Carlín de "Amigos son los amigos", casi como un rezo, agradece el buen momento laboral y emocional que atraviesa. Hoy asegura sentirse en la piel de otro tipo, después de la crisis hipertensiva que le produjo un hematoma cerebral en 1999.

-¿Qué harías si te encontraras un millón de dólares?

-Lo mismo que intenta hacer el personaje, rajar. Es tan fuerte encontrarse un millón de dólares, sobre todo para la condición de ese tipo que es de clase media normal.

-"Casi un ángel", "Money money", "Los machos", ¿tenés ganas de hacer reír a la gente?

-Si había un desafío era volver a hacer reír a la gente. El garrón que viví con mi enfermedad quería disimularlo expresando mi alegría y transmitírsela a la gente. Cuando escuché la primera risa en la platea, que fue con "Casi un ángel", me dije "¡qué orgasmo!" Yo creía que no se iban a reír nunca más conmigo.

-En ese regreso, ¿tuviste temor a que la gente no te aceptara tal cual estabas?

-Y... las dudas las tenés hasta que no probás. Pero mi desafío más grande fue haber subido de nuevo a un escenario. Cuando lo hice quebré el miedo y fue fundamental haberme animado y arriesgado a empezar de nuevo y a romper con toda esa cosa de la imagen del langa... Y estoy así, las dificultades motrices están y bueno... pero puedo hacer una comedia y hacer reír.

-Tu relación con la fama y el público también cambió, es más tranquila.

-La relación hoy es muy tierna y tranquila. No hay tanta histeria, que a mí en otros tiempos me alteró bastante. Siento una relación más profunda y de amor con el público, y la disfruto mucho.

-En los años de "Amigos son los amigos" entrabas a bares que estaban vacíos o te escondías todo el tiempo de la gente. ¿Superaste aquellas fobias?

-Me había vuelto un marginal, pero lo superé, porque ahora volví a integrarme. Hoy puedo volver a entrar a un restaurante lleno de gente y siento un reconocimiento de amor muy importante que antes para mí era fobia. Fundamentalmente, cambié yo, porque no me la quiero perder más... a la vida, me refiero, porque tuve una segunda oportunidad cuando creí que no la iba a tener.

-Casi un hombre nuevo...

-Sí. Yo lo siento así. Soy mucho más demostrativo; antes no me animaba, porque quizá creía que había que mantener esa imagen de ganador, supermacho y superhéroe, y realmente era agotador. Ahora me relajé y no me quiero perder un segundo la alegría que me provoca este momento.

-¿Estás totalmente recuperado?

-El día que volví a trabajar empecé la recuperación cien por ciento de la cabeza, porque el mayor problema tenía que ver con lo mental no con lo físico. Al recuperar el laburo recuperé la alegría. Las dificultades físicas las suplanto con la alegría y la lucidez, y las adapto al trabajo actoral. Como no me quiero perder nada, cosa que no sé si es tan bueno, me permite tener las pilas bien cargadas todo el tiempo.

-¿Qué miedos te quedaron?

-Después de lo que viví no tengo miedos. De verdad, estoy de vuelta de un montón de cosas, porque creí que se acababa y volví a estar, entonces ya me relajé y lo disfruto.

El ex Carlín de "Amigos son los amigos".