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 martes, 09 de noviembre de 2004  
Revocaron el procesamiento al oficial de Drogas Peligrosas Diego Parvluczyk, que hoy dejará su reclusión
Queda libre el policía detenido por el homicidio de Sandra Cabrera
La Cámara Penal dice que no hay indicios firmes en su contra. La causa no tiene ninguna otra pista del homicida

Jorge Salum / La Capital

La Cámara Penal de Rosario revocó ayer el procesamiento del oficial de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Diego Parvluczyk por el homicidio de Sandra Cabrera. El policía había sido procesado en junio por el juez de Instrucción Carlos Alberto Carbone como probable autor material del crimen de la prostituta, pero el tribunal superior dijo que no hay ningún indicio que lo vincule directamente a ese asesinato. Ahora el caso podría quedar impune ya que la investigación se había centrado exclusivamente en Parvluczyk y no hay otras pistas abiertas para tratar de identificar al homicida.

La resolución de la Cámara Penal se conoció cerca del mediodía y el policía se enteró un rato más tarde en la Jefatura de la Unidad Regional II, donde permanece detenido. "Recibió la noticia con alegría pero muy sereno", contó por la tarde a La Capital su abogado defensor, Carlos Varela.

Carbone había procesado a Parvluczyk por una suma de indicios que según su criterio lo apuntaban como el autor del hecho. El móvil, según el juez, fue la necesidad de eliminar a Cabrera ante la amenaza que ésta significaba para el policía tanto en su carrera profesional como en su vida afectiva.

Es que Cabrera era informante del detective y además estaba involucrada sentimentalmente con él. En la hipótesis del juez, esa doble relación ensombrecía el futuro del policía y esa perspectiva se convirtió en un motivo para matarla.

Pero el abogado Varela atacó ese y cada uno de los argumentos del procesamiento y ahora la Sala I de la Cámara Penal le dio la razón. Según los integrantes de ese tribunal, el juez valoró incorrectamente los indicios y por eso mismo llegó a una conclusión equivocada.

Parvluczyk se desempeñaba en la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal y trabajaba en el área de inteligencia. Había conocido a Cabrera en un procedimiento realizado hace unos tres años y luego se vinculó estrechamente con ella.

Cabrera era la secretaria general en Rosario de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas. Sus denuncias sobre corrupción y persecución policial eran frecuentes y la última de ellas había derivado en el desplazamiento de la cúpula de la División Moralidad Pública de la policía provincial, antes de la disolución de esta oficina. Fue asesinada la madrugada del 27 de enero con un balazo en la nuca en el frente de una casa ubicada en Iriondo al 600.

Cabrera y Parvluczyk habían estado juntos esa noche. El mismo se lo contó al juez Carbone cuando se presentó espontáneamente en el juzgado al enterarse que lo tenían en la lista de sospechosos. Luego el magistrado entendió que el policía mintió respecto a lo que ocurrió en las horas previas al crimen y ese fue uno de los indicios que empleó para procesarlo.

Pero los camaristas Alberto Bernardini, Ernesto Pangia y Eduardo Sorrentino no están de acuerdo con esa valoración. Según se desprende de la resolución que sacaron ayer, la evidencia utilizada para procesarlo es "insuficiente" y por eso la medida queda sin efecto.

En el texto, la Cámara confronta allí los argumentos que el juez utilizó para procesar con los del abogado Varela. Una de las conclusiones de los camaristas es que aun cuando Parvluczyk mintió respecto a algunos detalles de su relación con Cabrera, eso no prueba que la hubiese matado. Otro es que la conflictividad de la relación afectiva y laboral que los unía no basta para acreditar que el policía quisiera asesinar a su amante y datera. Es decir, para convertirse en el móvil del crimen.

La Cámara resalta incluso la "buena relación" que el detective mantenía con la pequeña hija de Cabrera, lo cual demostraría que no tenía conflictos graves con ella y mucho menos motivos para matarla.

La "fragilidad" de algunos testimonios y su carácter contradictorio fue otro de los elementos considerados por la Cámara para revocar el procesamiento. Lo mismo que ciertas dudas respecto a la hora en que Parvluczyk y Cabrera estuvieron juntos y la casi certeza de que el policía no miente cuando afirma que a la hora de la muerte (alrededor de las 4.30, según los forenses) estaba en su casa y no con Cabrera.

Hasta con las circunstancias de la muerte de Cabrera discrepan los camaristas respecto a la reconstrucción histórica realizada por Carbone. La inexistencia de indicios que hicieran presumir de cierta resistencia por parte de la víctima ante el homicida llevaron al juez a concluir que el asesino era alguien conocido y de extrema confianza de Cabrera. Es decir, a alguien como Parvluczyk. Pero la Cámara dijo que ese dato no permite inferir nada respecto al policía. "Cualquier cliente pudo hacerlo", razonan sus integrantes.

Tampoco coincidieron con el supuesto profesionalismo del homicida, que mató sin ser visto y sin dejar rastros que permitieran identificarlo. Para los camaristas eso no es más que una especulación que tampoco conduce necesariamente a Parvluczyk, quien por otra parte admitió haber tenido sexo con Cabrera esa misma noche. Si fue realmente el homicida, argumentan, entonces demostró lo contrario al admitir ese contacto sexual: que no es un asesino profesional.

La Cámara califica a aquello que el juez consideró indicios como simples "conjeturas", y los descarta uno a uno. "Gran parte de ellos no están acreditados o no puede concluirse que tengan entidad probatoria"­, se lee en la resolución.

Por último el tribunal sostiene que la acusación contra Parvluczyk sin pruebas suficientes implica el riesgo de clausurar esa u otras hipótesis y "cierra los caminos" hacia un juicio exitoso. O, lo que es lo mismo, agigantan la posibilidad de que el crimen de Cabrera finalmente quede impune. Como tantos otros.
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Diego Parvluczyk estuvo preso casi siete meses.

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