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 martes, 09 de noviembre de 2004  
Carisma y oficio para remontar un show de escasa convocatoria
Horacio Guarany cantó todos sus éxitos en Willie Dixon
Numerosos adolescentes vieron por primera vez al legendario cantor popular

U. G. Mauro / La Capital

Casi una hora y media de demora fue lo que permitió aumentar hasta 500 espectadores aproximadamente la cantidad de 40 ó 50 personas que el domingo pasado, alrededor de las 21, ingresaron al local Willie Dixon para ver el recital de Horacio Guarany,

Parejos porcentajes de adultos conocedores de la trayectoria de "El Potro" y de jóvenes adolescentes que llegaron al local de Suipacha y Güemes atraídos por el mito que lo rodea al cantor, invadieron la pista central del lugar, para ovacionar al folclorista que actuó acompañado por su trío de dos guitarras y bombo.

El recital de Guarany, que no contó con una técnica de sonido adecuada, fue precedido por la actuación de la rosarina María Sosa, quien ofreció un repertorio litoraleño de fuerte tono localista, interpretado con buena voz y bien acompañada musicalmente. La innata tendencia a un excesivo histrionismo de esta cantante consagrada en Cosquín contribuyó, no obstante, a poner en clima de fiesta a un público que comenzaba a dar muestras de fastidio por la demora, no faltando algunos airados reclamos de quienes exigían la presencia del autor de "Si se calla el cantor".

"¿Por qué no le pusieron Guillermito?", preguntó mitad en broma y mitad en serio Guarany al reclamar un "aro" para una chacarera en la que debía incluir el nombre del local, cuyo nombre completo simuló no entender ni poder pronunciar, en medio del festejo de la platea. "Le tendrían que haber puesto Litto, Fito, Juan Carlos, Libertad u Olmedo", concluyó entre risas el músico.

En poco más de una hora, y sazonando su presentación con sus habituales chistes y comentarios, muchos de ellos cargados de picardía, Guarany optó por ofrecer un repertorio que incluyó buena parte de sus éxitos. Desfilaron así canciones como "Memorias de una vieja canción", "Caballo que no galopa", "Puerto de Santa Cruz", "Zamba de Alto Verde" -la canción por la que muchos creen que el cantante nació en ese pueblo santafesino-, "Pescador y guitarrero", "Jacinto Piedra", y las más recientes "Romance de plumas verdes" y "La Villerita".

Guarany recibió el tributo más sentido y serio de la noche cuando interpretó su himno "Si se calla el cantor" y también se mostró serio y auténticamente emocionado al recibir un recordatorio de la Asociación de Bandoneonistas Rosarinos, que respondió con una arenga a favor de los intérpretes nacionales y contra el colonialismo cultural.

El popular cantor desarrolló su recital imponiéndole dinamismo festivalero, interpretando temas casi sin solución de continuidad, abreviándolos y apelando a arreglos vocales en los que la intervención de sus músicos contribuyó a salvar posibles riesgos a la hora de sostener algunas notas o incursionar en tonos altos.
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Horacio Guarany desplegó su experiencia.

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