 | lunes, 08 de noviembre de 2004 | Oscuro y sangriento. Mataron con saña a un ex residente en EEUU que vivía en Rosario de la renta de sus cuatro propiedades Descubren el brutal asesinato de un pensionado encerrado en su habitación Tenía 61 años, era soltero y vivía solo en barrio Belgrano. Lo hallaron en un contexto de sangre, con los brazos atados a la nuca y amordazado. Le robaron cosas. Varias botellas en la mesa indican que bebió con el agresor Eduardo Caniglia / La Capital Pedro Omar Orifici regresó al país hace nueve años. Durante 26 años había trabajado como operario en una empresa automotriz de Estados Unidos y volvió a Rosario con una posición económica acomodada. Ayer a la mañana, una vecina se alarmó cuando divisó la puerta abierta de su casa de barrio Belgrano. Dio aviso a la policía y cuando entró a la vivienda con los uniformados advirtió una escena horrenda: Pedro estaba tirado sin vida en el suelo con los brazos atados, amordazado y con marcas de varias puñaladas en el cuerpo. De la vivienda habían desaparecido electrodomésticos, alhajas y dinero.
Orifici tenía 61 años, era soltero y vivía solo. Cobraba una pensión de unos 500 dólares que le había otorgado el gobierno norteamericano y una hermana lo visitaba todos los jueves en su casa de Forest 6039, en una barriada de clase media. Con el dinero que había ganado colocando autopartes en la casa matriz de General Motors, en Estados Unidos, había comprado cuatro propiedades que alquilaba.
Para Orifici -quien fue descripto por los vecinos como "un hombre alto y delgado"- era un hábito regular recibir a personas jóvenes. "Había mucho movimiento en la casa", confió una vecina.
Orialis Isarra vive en la misma cuadra donde ocurrió el crimen. Cerca de las 8.30 de ayer, cruzó la calle y desde la vereda de enfrente atisbó un movimiento extraño en la casa con revoque fino y aberturas de color gris. Le llamó la atención que la puerta estuviera abierta. Su preocupación creció cuando nadie respondió al portero eléctrico ni a sus gritos llamando a Orifici. "Cuando bajé la vista vi sangre en el umbral", explicó Isarra.
Angustiada, la mujer se contactó con el sobrino de la víctima, Andrés Urrigoitía, de 27 años, quien dio aviso a la policía. Cuando los uniformados del Comando Radioeléctrico llegaron a la casa tuvieron que derribar a patadas la puerta de la habitación donde yacía sin vida el ex trabajador de General Motors porque estaba atrancada. "No estaban las llaves de la pieza y de la puerta de calle", explicó Isarra, que recordó a la víctima como "una excelente persona".
Horror en escena Orifici tenía los brazos entrelazados con una cinta y apoyados sobre la nuca. Había recibido varias puñaladas. Estaba boca abajo y amordazado, el torso desprovisto de ropa y sólo vestido con unas bermudas y una par de medias. Isarra comentó que tenía un fuerte golpe en la cabeza que le habían asestado con un martillo que apareció cerca del cadáver, aunque los investigadores policiales y judiciales no confirmaron este dato.
La escena del crimen se completaba con manchas de sangre que regaban la habitación, el baño y el antebaño. Sobre la mesa de la cocina había botellas casi vacías de sidra, de vino y de un aperitivo.
En el mediodía de ayer Urrigoitía miraba la puerta de la casa, con los brazos apoyados sobre la cinta de plástico que habían colocado los efectivos de la Brigada de Homicidios para cercar el lugar. Sollozando se lamentaba porque la policía no lo dejaba entrar a la vivienda. Hacía unas tres horas que había recibido la noticia de la muerte de su tío y no encontraba consuelo.
A duras penas, el joven recordó que su tío planeaba tomarse unas vacaciones en Mar del Plata. También comentó que su madre -hermana de la víctima- tenía una rutina que cumplía todos los jueves, cuando iba a limpiar la vivienda de Forest al 6000 y almorzar con Pedro.
Urrigoitía señaló que la puerta no estaba forzada por lo que los investigadores especulan con la posibilidad de que el ex operario conociera al autor del crimen.
Del domicilio de Orifici faltaron un televisor, un equipo de música, dinero, joyas y una bicicleta. También quedó abierta una valija en la que había ropa.
Precisamente el jueves 4 fue el último día que la mujer vio con vida a su hermano. Este dato cobra relevancia para los pesquisas porque presumen que el hombre habría sido asesinado unas 24 horas antes de ser encontrado. "No descartamos que lo hayan matado el viernes, pero todavía no tenemos el resultado de la autopsia", explicó el subcomisario Daniel Corbellini, jefe de la Brigada de Homicidios, cuando ya el juez de instrucción Carlos Carbone se había marchado del lugar. El magistrado señaló que fue secuestrado un cuchillo en la vivienda.
Isarra recordó que unos tres años atrás, Orifici había sido asaltado por personas que ingresaron a su casa. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Andrés Urrugoitía al enterarse del crimen de su tío. | | |