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 lunes, 08 de noviembre de 2004  
Central Córdoba sólo empató

Elbio Evangeliste / La Capital

El triunfo hubiera sido mucho premio para Central Córdoba. Demasiado. El tema es ver para qué está el charrúa, o mejor dicho a qué apunta. Si el cometido es sacar la mayor cantidad de puntos posibles de acá hasta la finalización del torneo y armar algo serio para el Clausura, lo de ayer puede tildarse como aprobado. Ahora, si se quiere pelear hasta el final habrá que cambiar algunas cosas. Es cierto que Temperley es un buen equipo (está cerca de la punta), pero también es justo decir que lo de Córdoba fue muy amarrete. Así y todo, estuvo a sólo cinco minutos de llevarse el triunfo a Rosario, pero Coronel clavó el 1 a 1 final de tiro libre y decretó el reparto de puntos.

El esquema al que apostó Domizi (dos líneas de cuatro, Petrovelli como enganche y Ferrero como único punta) hablaba a las claras de las pretensiones charrúas y para que no quedaran dudas cuando la rodilla de Petrovelli dijo basta (44' del primer tiempo) el Pájaro optó por Diego Acoglanis (volante de contención).

Así, si a Córdoba se le hacía difícil llegar al arco de Volpe, en el segundo tiempo resignó todas las chances. Claro, el equipo de Tablada se vio beneficiado en parte por la inoperancia de Temperley en los últimos metros, por todo lo bueno que hacía, hasta llegar al arco de Ozafrán y ahí caía en saco roto.

Un zapatazo de Radice que se fue apenas alto y un mano a mano de Ferrero fueron las únicas aproximaciones serias de Córdoba en la primera etapa. Pero mal que mal, aunque sea de a ratos, se animaba. Nada que ver con lo que pasó en el complemento, donde Temperley manejó la pelota a su gusto, pese a que nunca le fue del todo fácil vulnerar la doble línea de cuatro dispuesta por el equipo de Tablada. Así y todo contó con un par de jugadas muy claras que no hicieron otra cosa más que agigantar la figura de Ozafrán.

Del charrúa poco y nada. Con la colita bien pegada a su arquero, sólo trataba de pegarle para arriba con la única y humilde intención de alejar el peligro. Pero hubo un quiebre en el partido: la expulsión de Sadauskas, a trece minutos del final. Recién allí Córdoba se animó un poquito más y en una de esas tibias aproximaciones se vio beneficiado por la mano de Salomón y la concreción de Conocchiari, a los 39', desde el punto del penal.

Con uno menos Temperley, con Nanni como abanderado, igual siguió buscando y esto abrió algunas grietas en la defensa celeste que no pudieron ser capitalizadas por los delanteros charrúas. Pero la justicia dijo presente y el tiro libre de Coronel no hizo otra cosa que darle al menos un punto al único equipo que buscó siempre.

¿El punto fue bueno? Ni dudarlo. Ahora, si se busca un equipo protagonista, con ganas de guapear en todas las canchas habrá que pegar una vuelta de timón desde la audacia. Por lo pronto, ayer se empató ante un peso pesado, lo que no es poco. El tiempo dirá si jugando de esta manera se puede aspirar a algo serio.
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Matías Giménez gana de cabeza en el área de Temperley.

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