 | lunes, 08 de noviembre de 2004 | Cuando el sur de EEUU era demócrata Aunque cueste creerlo, hace 40 años Texas era un territorio prohibido para el partido de Bush La derrota de John Kerry ante el presidente George W. Bush es la séptima que sufren los demócratas en las últimas diez elecciones presidenciales. Este contundente dato demuestra la hegemonía republicana en los últimas décadas. En esta cuenta aparecen las dos victorias de Bill Clinton, un líder de esos que se dan muy de vez en cuando en la historia política. Sin Clinton, el balance para los demócratas sería aún más aplastante.
El predominio republicano se explica en gran parte por un cambio histórico: el giro político del sur estadounidense. En esta vasta región hace 40 años los demócratas ganaban rutinariamente, garantizándose una base importante de votos. Toda esa amplia zona del mapa de EEUU que el martes a la madrugada se fue tiñendo de "rojo republicano" aparecía "azul demócrata" en los años 30, 40, 50 y 60. Algunos datos de esta última elección presidencial ratifican el abrumador dominio republicano en el sur: Louisiana votó 57% a 42% para Bush; Texas, 61% a 38%, Florida, 52% a 47%.
Texas, el mayor Estado del sur, es el mejor ejemplo de esta declinación demócrata. Hasta los años 50, la hegemonía demócrata en Texas eran tan aplastante que quien ganaba las primarias del partido para candidato a gobernador ya era considerado jefe electo del Ejecutivo estatal. De hecho, votaba más gente en las primarias demócratas que en las subsiguientes elecciones generales. Los republicanos eran un partido casi residual.
La gran mayoría de los demócratas texanos, así como del resto del sur, eran blancos, conservadores y abiertos segregacionistas. Liberales y moderados contrastaban a esta mayoría partidaria sin éxito. Todo cambió cuando en los años 60 surgió la lucha por los derechos civiles de los negros, que actuó como catalizador del cambio entre los demócratas sureños.
El movimiento comenzó a ganar visibilidad cuando en 1954 la Corte Suprema de EEUU invalidó la doctrina "separados pero iguales" que se aplicaba en la educación superior sureña. Al año siguiente, la Corte dictaminó que la segregación en las escuelas también debía desaparecer. La segregación legal, que se practicaba en todo el sur y parte del suroeste desde los tiempos posteriores a la Guerra Civil, fue de un día para otro considerada inconstitucional. Poco después vendría el famoso episodio de Rosa Parks en Alabama, cuando esta mujer negra se negó a sentarse en la parte trasera de un ómnibus urbano, gesto que derivó en un boicot activo de la comunidad negra de los servicios de transporte público.
Este movimiento hizo saltar una contradicción largamente incubada en los demócratas de Texas y los otros Estados sureños. Durante las tres presidencias de Franklin D. Roosevelt, las minorías negra y mexicana se habían agrupado bajo el paraguas demócrata. Pero su partido los segregaba con prácticas legales y otras ilegales, excluyéndolos de las candidaturas sistemáticamente, y muchas veces también del voto en las primarias.
Dos leyes bisagra A mediados de los años 60 llegó el punto de ruptura, cuando un presidente demócrata y texano, John Lyndon Johnson, promulgó dos leyes históricas: la de derechos civiles en 1964 y la de derechos electorales en 1965. Muchos demócratas sureños votaron en 1968 por el candidato racista George Wallace o por el republicano Richard Nixon, y nunca más volvieron a votar por los demócratas en el futuro.
Desde entonces, los afroamericanos (como llaman en EEUU a los estadounidenses negros), fueron integrándose lentamente en el Partido Demócrata. Para los años 70, los afroamericanos conformaban uno de los reservorios de votos más confiables de los demócratas en Texas. También los mexicano-americanos tuvieron un rol en el cambio del partido. Su apartamiento de los demócratas comenzó en 1952, cuando el gobernador demócrata Allan Shivers llamó a apoyar al candidato presidencial republicano Dwight Eisenhower. En los 70, los mexicano-americanos llegaron a crear su propia fuerza política, La Raza Unida, para poder presentar candidatos propios.
Frente a todas estas presiones, los liberales demócratas finalmente ganaron la puja interna. Pero esta victoria no estuvo exenta de un costo, por la citada mudanza de la tradicional base demócrata blanca a los republicanos. Simultáneamente, muchos inmigrantes de otras regiones del país, sin raíces en el Partido Demócrata, reforzaban el nuevo protagonismo de los republicanos.
El crecimiento republicano El fenómeno demográfico, el crecimiento de los suburbios y los cambios en la economía beneficiaron crecientemente a los republicanos. Estos también ganaron adeptos con la entrada en política de los cristianos conservadores. En 1961, los republicanos lograron por primera vez enviar un senador a Washington. Otro paso histórico ocurrió en 1978, cuando Bill Clements ganó la gobernación, la primera vez desde 1869. En los años 80 y 90, los republicanos continuaron ganando posiciones, y en 1998 obtuvieron el control del Senado texano por mínima mayoría (17 sobre 31 bancas). En la Cámara baja del Estado lograron un importante número de bancas en 1984, en coincidencia con la reelección de Ronald Reagan, y finalmente ganaron la mayoría en 2002. Entretanto, los demócratas texanos se alinearon con el partido a nivel nacional, dejando atrás sus tradiciones conservadoras.
A nivel nacional, la bancada en la Cámara de Representantes de los republicanos texanos creció de apenas 2 escaños en 1974 a 15 en 2002. Y en 2003 los republicanos lanzaron una iniciativa para modificar los mecanismos que determinan cuántos legisladores envía cada distrito texano a la Cámara de Representantes nacional, con el argumento de que aún en aquellos comicios en que superan el 50% del voto ganan menos de la mitad de los 32 escaños que corresponden a Texas. Después de una larga batalla en la Legislatura texana, los republicanos lograron la modificación, que podría permitirles ganar hasta siete bancas más. Fue la culminación del ascenso republicano en Texas, y de la paralela declinación demócrata.
(La información de esta nota se basa en un estudio de la Universidad de Texas en Austin) enviar nota por e-mail | | Fotos | | El voto del martes pasado en una iglesia presbiteriana de Texas. | | |