La historia que no fue

Con referencia a mi nota con título original: "Justo y Perón, dos simetrías antagónicas", que dedicara a mis queridísimos hijos Lia y Gerardo ausentes-presentes publicada dias pasados por La Capital, aclaro: después de una honda reflexión, he decidido esclarecer lo que en un principio asumí por la sacralitud de su instancia, como una tácita referencia a lo ocurrido en la trágica década del 70. De allí que, en la visceral y descarnada revisión histórico-política que hiciera de la realidad que nos tocara vivir a los argentinos en buena parte del siglo XX, surge mi invocación de testigo viviente y trágico. Ello motiva el dramático y desgarrador reconocimiento que ahora hago. La autoridad que me arrogo en dicha revisión me la comfieren mis queridísimos hijos ausentes-presentes, cuyo trágico destino, como el de muchos miles de argentinos, está fatalmente vinculado con la etapa más sangrienta que vivimos en la década del 70. El otro título que podría suplantar la nota de marras -cuasi un documento- habría sido "La historia que no fue". Esta habría hecho que mis hijos y miles de argentinos inmolados en una Argentina alucinadamente distorsionada, hoy vivieran.

Pablo Szerzon (el 2 de abril de 1976 mis queridísimos hijos Lia y Jaime Gerardo Szerzon fueron muertos por fuerzas de la represión ilegal)