| miércoles, 03 de noviembre de 2004 | Elecciones en EEUU. Irak y el terrorismo, temas dominantes La campaña fue una de las más costosas, extensas y enconadas Las disputas políticas entre demócratas y republicanos dejan un país polarizado Terence Hunt Washington. - La campaña presidencial 2004 pasó a la historia como la más larga y la más cara, una elección en medio de una guerra con la promesa de un final no apto para cardíacos y una amarga secuela de división y polarización. EEUU se dividió por la mitad entre el presidente George W. Bush y su oponente demócrata John Kerry, en un país tan polarizado que el ganador difícilmente encontrará en lo inmediato algún terreno común con la oposición.
Independientemente del resultado, es probable que la mitad del país quede insatisfecho. Recuentos, recriminaciones y juicios asomaban en el horizonte, como sucedió hace cuatro años cuando Bush perdió el voto popular y obtuvo la Casa Blanca merced a un fallo dividido de la Corte Suprema. Un aumento brusco en el empadronamiento de votantes y una campaña de magnitud inédita para movilizar a los votantes agregaron un elemento de incertidumbre.
Hay muchas maneras de describir la elección. Fue una competencia entre dos hombres ricos y de clase alta, graduados de Yale, una universidad de la elite. Fue la primera elección presidencial desde que la nación sufrió el atentado terrorista más grave de su historia, la primera desde la invasión de Irak, la primera en tiempo de guerra desde Vietnam.
El electorado pudo elegir entre un presidente de tiempo de guerra y un héroe de guerra, y los asuntos dominantes fueron Irak y el terrorismo. Osama Bin Laden participó de la elección mediante un video en el que evocó recuerdos del 11 de septiembre de 2001, destacando el tema del terrorismo que fue el eje de la campaña de Bush. Las últimas encuestas mostraron el impacto del video.
Irak fue el tema dominante, con escenas escabrosas de decapitaciones, explosiones y masacres que recordaron a todos el alto precio de la guerra. EEUU ha perdido más de 1.100 efectivos en Irak, y la pregunta de si fue acertado o no invadir dividió al electorado.
Si bien los presidentes que buscan la reelección delegan la tarea de atacar al adversario a sus vicepresidentes, Bush asumió la tarea sin remilgos, al calificar a Kerry de débil, indeciso, alguien que pondría al país en peligro. "Este presidente hizo el papel del policía malo", dijo el politólogo Norman Ornstein. Añadió que la campaña ha sido "la más enconada de nuestra vida. Tal vez no tanto como las del siglo XIX, pero es difícil mirar esto sin que a uno se le revuelva el estómago".
En cuanto a los asuntos políticos, los candidatos mostraron grandes diferencias en toda una gama de asuntos tales como impuestos, salud, jubilación, aborto, matrimonio homosexual, control de armas, investigación con células embrionarias, combustibles, ambiente y el papel de EEUU en el mundo. En el Congreso, las dos bancadas se miraban con suspicacia y hostilidad, agravadas por la negativa de Bush a buscar acuerdos en materia de impuestos y nombramiento de jueces, entre otros asuntos.
Después de la elección reñida de 2000, lejos de mostrarse conciliador, Bush actuó como si hubiera ganado por amplia diferencia y buscó el apoyo de su base republicana en lugar de buscar la buena voluntad de la oposición. Para colmo, en la campaña los dos candidatos trataron de movilizar a su base mediante ataques al contrario. "Dadas las circunstancias, es probable que la luna de miel del próximo presidente, aunque gane por una buena diferencia, se extienda durante un fin de semana largo".
Una de las características de estas elecciones fue la cantidad ingente de fondos que insumió: casi 4.000 millones de dólares. Otra fue su extensión. Con decenas de viajes a todos los Estados, se podría decir que Bush inició la campaña de reelección desde el día mismo que asumió. (AP) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Una escena de la convención republicana en Nueva York. | | |