 | lunes, 01 de noviembre de 2004 | Central no define su perfil de equipo José M. Petunchi / La Capital ¿Cuál es el verdadero Central? ¿Cuantas caras tiene? Es el equipo que le devolvió la esperanza a sus hinchas con las resonantes victorias, tanto en tierras propias como lejanas, ante San Lorenzo, Boca, Vélez y Racing, que le permitieron transformar en un puñado de partidos, un pasado patético en un presente que generaba cierta expectación. O es el desconcertante y desconocido conjunto que no tuvo argumentos ante un limitado rival como Huracán de Tres Arroyos que generó el desencanto y la desilusión de su gente, que se había esperanzado con tener la noche soñada ante el Globito para seguir escalando en la tabla y se quedó con un sabor amargo por los dos puntos perdidos y porque desaprovechó una oportunidad inmejorable para proseguir su levantada.
Este Central de Don Angel y Cuffaro Russo tiene un poco de los dos. Este equipo joven y en formación, demostró que está para amargarle el día hasta al más pintado, como sucedió con los tres grandes a los que venció y también cuando bajó a uno de los candidatos al título (Vélez). Pero también entregó una imagen desteñida y resquebrajada ante rivales de menor fuste, como le sucedió ante el Globo, pero también ante Almagro y Olimpo.
Es decir, que el equipo que heredó este cuerpo técnico pero que en unos pocos partidos lo fue moldeando a su parecer, da para todos los gustos en un mismo envase. Es capaz de generar actuaciones convincentes, con un funcionamiento aceitado y de entregar una imagen sólida y compacta que generó la ilusión de su gente. Y también de enhebrar actuaciones desconcertantes, sin ton ni son, como la del último sábado ante el Globo de Tres Arroyos, donde además de no poder establecer en el marcador la supremacía que evidenció en el trámite, generó el descontento de su gente que se llegó al Gigante soñando con una noche a toda orquesta y se fue masticando bronca por los dos puntos perdidos. Una sensación que se debe haber acentuado ayer, luego de haberse completado la fecha con una serie de resultados inesperados, puesto que un triunfo le hubiese permitido seguir subiendo en la tabla y entremezclarse con el lote de arriba, ya que hubiese quedado a 6 puntos de los líderes (Vélez y Newell's) sobre 18 puntos en juego. Es decir, como para seguir el desarrollo del torneo desde una posición expectante.
Pero se nubló, no encontró la fórmula. Estuvo apurado e impreciso y, en algunos instantes pareció como querer sobrar la situación. Como si hubiese querido golear antes de asegurarse los tres puntos. Una sensación que se desprende también del hecho de haber tenido que salir a buscar el trámite, una situación que no le termina de sentar cómoda a un equipo que carece de un conductor natural. De ese jugador distinto que haga la pausa, que pueda sacarle un poco de vértigo a un equipo que a veces confunde aceleración con claridad, y profundidad con sumar gente en ataque. Un jugador que cambie de ritmo, cuando haga falta. Y que la duerma bajo la suela, cuando las circunstancias así lo exigen. Como el sábado a la noche ante los tresarroyenses.
Pero mientras busca estas variantes e intenta definir su identidad como equipo, Central muestra varias caras en un mismo envase. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |