 | lunes, 01 de noviembre de 2004 | Boca sigue perdido Un Boca de extraña formación sucumbió ante su propio desorden y terminó empatando sin goles en su cancha frente a uno de los equipos más débiles del campeonato, Instituto Central Córdoba, que además dio la ventaja de jugar 51 un minutos reducido a diez hombres por la expulsión de Daniel Jiménez.
El público terminó despidiendo a Boca con el ya conocido "el domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar", referido al clásico que dentro de una semana se jugará ante River Plate en el Monumental, y también con un estreno, que cantó tanto la popular como la platea: "Pongan huevos, no rompan las pelotas, a ver si se dan cuenta, que están jugando en Boca".
Lo concreto es que Boca está a cuatro puntos de los líderes, por lo tanto matemáticamente en carrera, pero el problema pasa por el nivel del juego.
Boca jugó un primer tiempo de nivel aceptable, con mucha movilidad, obligando a Instituto a retroceder y fabricando una apreciable cantidad de situaciones como para convertir, con Martín Palermo moviéndose como pivote y con llegadas por los dos laterales. Sin embargo, le faltó la pausa que clarificara y la serenidad imprescindible en el momento de la definición.
Lo tuvo Palermo a los 8 minutos, pero rechazó Mauricio Caranta y Víctor Ormazábal remató al lado del palo. Se lo volvió a perder Ormazábal a los 27 al rematar débil de frente al arco, permitiendo que Caranta desviara al córner después de una jugada correctamente armada por Palermo y Franco Cangele.
A los 32 fue Cangele quien quedó solo frente al arquero, pero remató al bulto y lógicamente tapó Caranta. A los 35, la bajó acertadamente Palermo y Juan Fischer apareció sin marca por derecha, pero le pegó muy mal y desviado.
Dos minutos más tarde fue Palermo quien recibió de Cangele y tocó con categoría por arriba del arquero, pero la pelota cayó en el centro del arco. Por entonces ya Caranta era figura e Instituto no hacía otra cosa que aguantar.
Esas condiciones se acentuaron a partir de los 39 minutos cuando ingenuamente se hizo expulsar Jiménez, quien tomó de la camiseta a Pablo Ledesma cuando ya estaba amonestado.
En el segundo tiempo el equipo cordobés se amontonó de tres cuartos de cancha hacia atrás. Boca buscó el gol, pero lo hizo con tanta insistencia como confusión.
Siguió creciendo el rendimiento de Caranta, quien se destacó a los 6 con una tapada a Ledesma y a los 10 con otra a Fischer.
Sólo por reiteración Boca debió haber estado en ventaja, pero si no se hacen los goles no se puede.
Cuando entró Galarza pareció que con su habilidad por izquierda Boca podía encontrar la llave que le faltaba, pero a su turno el joven debutante también chocó contra la seguridad de Caranta.
En los 20' finales, con tres centrodelanteros en la cancha (Palermo, Fischer y Boselli), el desorden y la falta de ideas fueron el común denominador. Los xeneizes se prestaban la pelota unos a otros para terminar invariablemente con pelotazos. Y ya ni siquiera hubo tanto trabajo para Caranta porque los minutos fueron consumiéndose sin ninguna alternativa de interés hasta desembocar en el 0-0 definitivo. (DyN) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Cángele y Pagés luchan por la pelota. | | |