El color

Le aguaron el vino del festejo

El pueblo canalla organizó una gran recepción, pero el equipo no supo ganarlo

"Una noche allá en Portones/

me salvaron de la muerte.

Nunca faltan encontrones

cuando el pobre se divierte"

La sabia letra del tango "Tres amigos" pareció anoche escrita para este novel y noble equipo de Don Angel, que justamente venía de tumbar muñecos grandes, de los quilates de Boca, San Lorenzo, Vélez y Racing, y que fue recibido de la mejor manera imaginable por sus hinchas, que nunca preguntan.

Los muchachos de la barra canalla armaron el carnaval de costumbre en el hueco que dejan la unión de la popular de regatas con la platea de Cordiviola, con numerosos bombos, cuatro trompetas doradas, decenas de pibes con los trapos y los cánticos, fervorosamente acompañados hasta por chicas y padres con pibes en brazos, en una de las más bellas postales del folclore futbolero.

Un grupo de unos 70 pibes de la escuela carenciada Nº 1319, de Génova y Cullen asistieron especialmente invitados a ver por primera vez a su Central querido, a pesar de que están geográficamente cerca, en un buen ejemplo de cómo acortar la distancia social y hacer comulgar a los chicos con los colores del equipo del corazón.

Miles de cintas blancas y papelitos llovieron desde el cielo de la popular de Regatas y de las plateas cuando el equipo asomó la camiseta por el túnel, en el colorido y cálido recibimiento que tanto se merecían estos pibes y Don Angel, ese muchacho de 76 años.

La noche no podría haber comenzado mejor, con ese preciso martillazo de Tito Villa al segundo palo al minuto y chirolas, y con ese furibundo derechazo de Pirulo Rivarola, que se le escapó a Pardal como un gesto, pero la fiesta se nubló en el final con esa media vuelta de Caggiano, clavada como una condena.

Los canallas armaron un carnaval en las tribunas y plateas, pero el equipo de Zof no pudo retribuir el apoyo con un triunfo.