| domingo, 31 de octubre de 2004 | Antes, las cosas eran distintas Recanatini recordó que como responsable de la seguridad de Menem le tocó intervenir en numerosos operativos, y que al riojano "le gustaba bordear el peligro. Era un poco transgresor, pero no inconsciente. Volaba su avión o se lanzaba a gran velocidad a bordo de una Ferrari. A ningún presidente le vi hacer algo así".
El comisario retirado tuvo a su cargo unos 300 hombres para la custodia presidencial en el marco de un aparato de seguridad mucho más importante que el actual, precisó.
"Integré lo que ahora no hay: el Comité de Seguridad presidencial, compuesto por la Side, la Agrupación de Seguridad e Inteligencia de la presidencia, la comisaría de la Casa de Gobierno, el cuerpo de seguridad presidencial de Olivos, el jefe de la Casa Militar, que era el brigadier Daniel Antonietti; la custodia privada del presidente, el jefe Comunicaciones, el director de Aviones y el jefe del Regimiento de Granaderos. Los representantes de esos cuerpos mantenían reuniones quincenales para coordinar la tarea", precisó Recanatini, para quien "el hecho del intruso debería tomarse como una señal. Debería aumentarse lo que es seguridad presidencial, que se instalen sistemas adecuados, que donde haya un efectivo de guardia haya como mínimo dos para que entre ellos se controlen", abundó.
El comisario mayor retirado, jefe de la seguridad presidencial entre mayo de 1990 y noviembre de 1993, recordó también cómo repelió el intento de ingreso de los militares carapintadas en el 90 a la quinta de Olivos, lo que luego le valió el reconocimiento del propio Carlos Menem. enviar nota por e-mail | | |