| miércoles, 27 de octubre de 2004 | Por el camino de la autoexigencia "Se trata de ocho meses de trabajo en los que además de traducir, componer la música y preparar las partituras para los instrumentistas debimos hacer toda clase de sacrificios. Los músicos se debieron costear los traslados y además de armar todo, no faltó ocasión para oficiar de fletero, trasladando algunos instrumentos como los contrabajos. No tuvimos apoyo de nadie a nivel oficial ni privado", expresó Pablo Rodríguez sobre los costos de una producción musical inusual en la ciudad.
"Me parece incorrecto que sólo se apoye a aquellas cosas que vienen con éxito asegurado y que nadie apueste a las cosas nuevas", manifestó este músico que se declara "amante de las grandes formas musicales" y que destacó: "Elegí un texto religioso porque me exige -y me gusta exigirme- un gran cuidado en lo musical y en la forma de lo que se canta". enviar nota por e-mail | | |