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 miércoles, 27 de octubre de 2004

A los cinco jueces les faltó equidistancia

Hugo E. Grimaldi

HUGO E. GRIMALDI

El fallo de la Corte Suprema que avaló la pesificación toma partido sólo por una parte de la biblioteca económica y le proporciona andamiaje jurídico a una desordenada devaluación que, en su momento, resultó igual a meter un elefante en un bazar.

Pero lo hace desde un lugar, la economía y las finanzas, desde donde parece que los jueces no se hallan cómodos, ya sea porque algunos han tenido poco tiempo para asesorarse o bien porque han abrevado sólo en el pensamiento dominante actual, muy refractario a los años noventa.

Es evidente que los cinco magistrados fueron ilustrados únicamente por una voz, lo que le quita equidistancia a su fallo, debido a una serie de prejuicios y, sobre todo, de carencias técnicas.

Por eso, el fallo dictado ayer por los magistrados hace caso omiso de los procesos económicos y se centra casi exclusivamente en la herramienta que, en su momento, había sido consagrada como ley: la convertibilidad.

Los jueces no se hacen eco del deterioro fiscal que se acumuló en aquellos tiempos y parten de un supuesto endeble, ya que califican como de "prolongado mantenimiento" de una situación que describen como de "artificial equivalencia de valor" entre el peso y el dólar.

¿Qué hubiera sido poco prolongado para ellos, para no desatar los demonios que se describen como propios del tipo de cambio fijo, "la desocupación, la miseria y el hambre"? ¿La hubieran juzgado igual si la convertibilidad se hubiera mantenido por nueve meses?

Para todos los que vivieron la economía de los 90 al menos suenan como excesivos los calificativos "falsedad" o "falacia", para una ley que era promocionada por el propio Estado como el antídoto de la inflación y que sustentó el camino a la presidencia del candidato De la Rúa.

Sin fundamentar en lo más mínimo su afirmación, esa paridad, "un peso, un dólar", es calificada por la Corte de hoy como un "precio vil". ¿Qué opinará hacia el futuro otra Corte del casi "tres a uno" actual?

Tampoco los jueces tuvieron demasiado en claro en sus fundamentos cómo se sustancia una corrida bancaria ni cómo se controla. En esta situación se trató de un proceso de neto corte defensivo, potenciado a su vez por lo que, para la Corte, era la devaluación "ineludible" de la moneda nacional.

En los casos de corridas, los primeros que logran sacar sus fondos del sistema para mandarlos al exterior son quienes promueven las subas de tasas que la Corte critica por "inusuales". Pero los ministros estiman que los niveles de tasas de interés fueron una de las causas primordiales de la corrida, cuando en realidad fueron su consecuencia.

Lo inusual del caso es que el fallo castiga a los que se quedaron -por confiados o mal informados- y premia a los que huyeron primero: particulares, empresas y hasta estados provinciales.

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